s.XX - Últimas tendencias - Livia Díaz: La ingobernabilidad del sentido común por el común sentido, 2006


He leído una definición de poesía que dice: “es el lenguaje en que se puede plasmar apropiadamente sentimientos y emociones que no pueden, decirse de otro modo”. Ayer, mientras pensaba en la suma de significados que arrojan este propósito, literal y en conjunto, comprendí que posiblemente esto es lo que llaman las personas “poesía-sentimientos”.

Este concepto-argumento —que ultimamente es muy popular y frecuente— me remitió a un principio de: ¿el pensamiento es entonces traducido a través de la poesía? Transmitido en metáforas, en imágenes provocadas al convertir un cuadro en cubo.

Es entonces la poesía, una manifestación cultural; emblemática de una generación que reconoce sus limitaciones linguísticas, y por tanto, sus imposibilidades de comunicación idiomáticas, y obligan a tomar posturas ideomáticas ante el lenguaje, para crear otro, que tiende al entendimiento conjunto. Pero no es procesado ni tamizado, sino asimilado, y quizá su recepción, “dada por sentado”, aceptable.

Puesto que al hablar de sentimientos en aprobación tácita, esta postura está pidiendo respeto para los mismos, como si en el hablaran, a pesar de sus contradicciones y fallas, por el ser entero sin menoscabo de la comprensión y realidad que merodea al individuo.

Puede que entonces la poesía se convierta en el pasaporte personal del autor, su ficha de identidad, y se llame creación a este acto que no cultiva la imagen textual en arte estética ni gradilocuente, sino que avanza en tropos y tipos por el camino de una libertad, solicitada por el individuo a razón de necesidades insatisfechas.

Podría convertirse rápidamente —si es que para tales fines sirve— en la “poesioterapeutica” del individualismo.

A la vez que expone una rebeldía con la poetica tradicional y renuncia a sus estructuras en afán —aun no decido— si de liberarse realmente, o de librarse de tediosas horas de estudio e investigación y trabajo, en pos del poema.

Y digo que aún no decido cual de ambas opciones aunque las dos puedan reflejarla verdaderamente porque no he encontrado en sus argumentos, uno que valide su problemática composicionista, me explico:

Estamos ante la poesía como medio y no como fin. El trabajo es entonces la satisfacción escrito automático, o por “el alma”. Como consecuencia, la poesía gana pues esa necesidad inagotable de significados para comunicarse —está claro— se propone seguirlos buscando incansablemente hasta que esté satisfecha; pero en contraparte, la incomunicación entre (dichos) autores, los lleva a aprobarlo a todo, solo porque está hecho “con amor”; a riesgo de caer —sin contribuír— en la trampa de ser permisivos unos con otros, en vez de encontrar los tonos, las claves de entendimiento, los simbolos, y el lenguaje, esta vez sí, apropiado a su necesidad expresiva. Lo cual es ideal, si su tendencia obra sobre el perfeccionamiento de esta moderna vía de comunicación, que se aspira, enlace unísonas coincidencias por una voz intangible —pero pulcra y sensata— en la que obra la sencillez, bajo la más pura —quizá la primera— acción humana: Es un acto voluntario.

***


Proyecto de Edición Libro de notas

Publicidad



Datos Bio-bibliográficos

Livia Díaz

(México, 1965)

Bibliografía escogida:
Modus Operandi
Stellium, Papantla, Veracruz 2006
A las islas vacías, Ave del Paraíso Ediciones, Madrid, 1997
_En tregua (Para enterrar a los muertos en las palabras), Plaza & Janés, Barcelona, 2001
El amor lejano. Poemas, 1975-2005, Editorial Reverso, Barcelona, 2006

Enlaces:
Poemas
Página personal
Artículos

Otras artes poéticas del autor:

Más información en la wikipedia: Livia Díaz

Menú








Publicidad



Un proyecto de Libro de notas || Copyright de los autores || Desarrollado con Textpattern