Barroco - Otros barrocos - Alonso López Pinciano: Filosofía antigua poética X, 1595


Epístola décima

{c}De la especie de poética dicha dithirámbica{/c}. Aunque, señor don Gabriel, el Pinc[iano] fué a casa de Fad[rique] algunos días para acabar la materia come[n]çada, no a tiempo q[ue] se pudiesse proseguir, porque el tercero, que [pág. 418] era Vgo, no venía quando el Pinciano, ni el Pinciano quando Vgo; en suma, éste y aquél se vieron vn día en san Hierónymo, después de auer oydo missa, y aquél dixo a éste que cómo se auía escondido tantos días.

Vgo respo[n]dió: Antes parece, señor Pinciano, que, como ya soys maestro, no auéys menester más doctrina poética; pues yo os sé dezir que aun sabe más Fadrique, y que podréys aprender dél cosas nueuas.

Por cierto, dixo el Pinciano, esso sé yo por experiencia; y sabed que le he visitado estos días, y, aunque no auemos tocado en la poética, en otras muchas cosas me parece admirable; yo estoy empeñado y desseo grandemente que se prosiga la materia començada. Suplícoos me digáys a qué hora nos veremos a pelear en el campo acostumbrado.

Yo, dixo Vgo, con él tengo de comer oy, porque me ha combidado a vna música para pos de la comida.

Esto dicho, el vno y el otro caminaron juntos a la calle de Fadrique, en cuya casa entró Vgo, ansí como el Pinciano en la suya; el qual se assentó a tabla a la hora acostumbrada, y el oydo atento a la ventana por escuchar si entraban las olas del ayre sacudido con las cuerdas. El Pinciano dio fin al pasto y, alçado, puso vn palillo entre los dientes y los pechos a la ventana por escuchar con más atención. Y, visto la música no le combidaua, acordó de la yr a buscar, y fué a casa de Fadrique, mas, hal×lando la puerta cerrada, dió vuelta a su posada quando acaso Fadrique se puso a la ventana, y, viendo al Pinciano las espaldas le preguntó el porqué se boluía. El Pinciano se lo manifestó, y Fadrique le respondió que para él no auía puerta cerrada.

El Pinciano se entró [pág. 419] en casa de Fadrique y vió vna moça de buen talle y a vna vieja de feo y péssimo, que con los dos auían comido. La moça se inclinó hazia el vn lado del suelo, y alçó vna vihuela, y començó a cantar, y, cantando, acabó vno y otro romance viejo tan bien, que el Pinciano quedó a ella honestamente aficionado; que hasta entonces parecían las mujeres, la vna, vna sancta Mónica, y la otra, vna sancta Anastasia, pero poco después descubrieron la hilaza, como dizen, que la que parecía antes Anastasia, se trocó en Sathanás, y la Mónica en Demónica fué conuertida; porque se levantó la vna y la otra de la mesa, y la moça, con su vihuela dançando y cantando, y la vieja, con vna guitarra cantando y dançando, dixeron de aquellas suzias bocas mil porquerías, esforçándolas con los instrumentos y mouimientos de sus cuerpos poco castos. Tal fué la dissolución, que los tres hombres, que solos eran, estauan corridos y afrentados. Las dos se cansaron de hazer mucho después que los tres de mirar.

Fuéronse al fin y dixo Fadrique: El vino que beuieron era bueno, y hízoseles vinagre y hanme ofendido con el aliento; no me entrarán más aquí estas mugeres. Ahora bien, señores, ágüese este disgusto con algún entretenimiento honesto y de letras, que, verdaderamente, éste sólo es el que no cansa.

[Frag. 1.]

El Pinciano dixo: La ropa está cortada, no es menester más que yr cosiendo. La comedia se acabó el otro día; véase quién sigue por sus antigüedades.

Supuesto que Toledo, digo la épica, quiere hablar en postrer lugar, dixo Vgo, sigue la que nos prosiguió agora.

¿Quien?, dixo el [pág. 420] Pinciano.¿Esta poesía de estas mujeres?

Vgo: Sí.

Pinciano: ¿Esta es la zarabanda que dizen?

Fadrique: Llamadla vos zarabanda o dithiramba, que ello es assí como Vgo lo dize, porque la t y la h juntas en el griego suenan lo mismo que nuestra z.

Pinciano: Según esso, todo es vna cosa, y en nombre, dithiramba y zarabanda.

Yo pienso que sí, dixo Fadrique, y que el vocablo se ha corrompido; y que sea el nombre mismo, ya lo veys por la semejança que tienen; y que sea la cosa, ya lo vistes por lo que hizieron aquellas donzellas, como su madre quando las parió. ¿Vos no vistes cómo juntamente, imitando aquellos torpes actos y mouimientos feos, a vna cantauan, tañían y dançaban?

Sí, dixo el Pinciano, ya me acuerdo que se dixo del poema actiuo que tenía tres maneras de imitación: lenguaje, digo, música y tripudio, pero diuersas y apartadas; y que la dithirámbica las tenía juntas, ¿mas qué tiene que ver la cosa de la dithirámbica a la de la zarabanda? Que aquélla era hecha en honor de Baco y antigua, y ésta, nueua y que de muy pocos años acá ha ensuziado la tierra.

Fadrique dixo: ¿Vos no auéys oydo dezir mezclar a lo sacro lo profano?

Y aun sé, dixo el Pinciano. que por justíssimas leyes está vedado.

Y Fadrique: Pues esso es esto. Y, porque os diga lo que entiendo deste negocio, escuchad. Entre los furores que diximos el otro día humanos, que Platón dixo diuinos, co[n]tamos dos, el de Baco y Venus. Reynó en aquel tiempo passado Baco y sole[m]nizáuanle los poetas; agora reyna Venus y las poetisas la celebran. Y, hablando más de veras, digo que en la verdad esta zaraba[n]da es la dithiramba antigua, la qual es[pág. 421]taua oluidada, porque ya el dios Baco no se veneraua en parte alguna, y, en lugar della, quedó la lírica. Los indios del Poniente gentiles pudieran hazer como gentiles veneración a Baco, mas no tenían el instrumento, que era el vino, y ansí todos se dieron a celebrar la Venus lasciua; y lo que los gentiles griegos hazían a Baco, hazen éstos a Venus con las tres imitaciones: canto, música y dança juntamente. Esso mismo haze[n] los de Ethiopía, si queréys mirar en ello, en essos choros y danças; y éstos, a mi parecer, traxeron a este mundo la zarabanda, a la qual ansí l×lamaron algunos hombres leydos de la dithiramba; y esso fué el principio della.Etymología de zarabanda.

[Frag. 2.]

Aquí dixo el Pinciano: Por qué razón a la dithiramba digan zarabanda, me parece, auer ente[n]dido bien, pero por qué la dithiramba se diga assí, o no lo he oydo, o se me ha ydo de la memoria.

Baco nació dos vezes.

Fadrique dixo: La dithirámbica tuuo nombre de Baco, porque salió al mundo por dos puertas, según los poetas escriuen: y dixéronla assí porque especialmente fué esta obra hecha para loores del dios Baco, la qual cantauan sus sacerdotes, tañendo y dançando, y la qual también contiene su doctrina moral.

El Pinciano: Assí co[n]uiene dezir para excluir a estas zarabandas.

Vgo dixo: En razón de poema, tan dithirámbico es el malo como el bueno, y agora en general se habla.

Ansí es la verdad, respondió Fadrique, y yo agora no trato sino de su primera inuención, para qué fué, que el auer degenerado no haze a nuestro propósito; digo, pues, que ella fué inuentada para alabar a los buenos, y, como dixo Archíloco, el que alaba al bueno, vitupera al [pág. 422] malo; y yo añado que el que haze lo vno y lo otro, enseña buenas costumbres, y que la dithirámbica las enseña desta manera dicha, y, especialme[n]te, que ella, de su principio, fué imitación de mejores, aunque después (el día, passado se trató) lo fué también de peores, como Aristóteles dixo del Philoxeno, dithirámbico, que a los persas auía imitado peores que ellos eran; mas ésta ya es otra materia. Vamos a la propia de la dithirámbica la qual no es otra cosa que vna imitación narratiua hecha con música y tripudio juntamente y a vna, por lo qual se diferencia del actiuo poema, como antes está dicho, y de la épica, porque ésta es común poema.Difinición de dithirámbica.

El Pinciano dixo: Por lo que he oydo, dithirámbica, zarabanda y lírica todo es vna misma cosa.

En lo essencial, que es la forma dicha de la imitación con los tres géneros, no ay duda alguna, respondió Fadrique, sino que todas los piden o co[n]sienten; mas diferencianse en la materia de que tratan, porque la dithirá[m]bica trata de los loores de Baco, y la zarabanda, de los exercicios de Venus, y la lírica dexa a los dioses y trata de cosas acá menos leuantadas; y si trata de dioses, no particularmente para los alabar, porque los poemas hechos para esto fueron llamados hymnos; ansí que los hymnos fueron hechos para honor de los dioses en general, y la dithiramba, en honor de Baco, y la zarabanda mezcló lo sagrado de Baco a lo profano de Venus; y la lírica trata otras cosas varias humanas, las cuales son su materia, ansí como amores, rencillas, combites, contiendas, votos, exhortaciones, alabanças de la templança y de he[pág. 423]chos dignos, o canciones, pretensiones, negocios y cosas desta manera; y esto con menos ruydo de vocablos compuestos y más sentencias que la dithirámbica, la qual requiere vn lenguaje lleno de vocablos compuestos, hinchado y inconstante y, al fin, como dize un cierto autor, todo vino.

Sugetos de lírica.

Vgo dixo: De la materia lírica he yo leydo que está en número cierto diuidida, y que es dozeno.

Ahora bien, dixo Fadrique, entiéndase lo essencial de la cosa que importa; y, sí yo me dexare alguna parte, añadidla vos, y, si no, dexadla. Y esto es lo mejor, contentándoos con que la lírica puede tener diferencias según la materia, y que podrían yrse añadiendo cada día según las cosas van variando.

El Pinciano dixo: Yo, señores, tengo el entendimiento vn tanto confuso, y, desseando no caer en confusión, me proueo quanto puedo en la distinción de los vocablos; y aunque está dada harto grande, pero pareceríame mayor, pues la lírica comprehende a tantas cosas, y la dithirámbica, a vna sola que incluyamos a ésta debaxo de aquélla y que, puestas en oluido la dithiramba y la zarabanda, quando se ofreciere hablar de nuestro poema presente, le demos nombre de lírica.

Vgo respondió: Dos inconuenientes hallo yo para esso que dezís: el vno está ya tocado antes, y es: que algunos poemas líricos son comunes, y el dithirámbico deue ser enarratiuo o enunciatiuo solamente, el otro es que la dithirámbica es imitante necessariamente, y en la lira se hallan muchas que no tienen imitación.

Substitúyese la lírica en lugar de la dithirámbica.

Fadrique dixo ento[n]ces: A la primera dificultad antes tocada respondo lo que antes fué respondido qua[n]do se tocó; y a la segunda digo [pág. 424] que la lira imita[n]te será poema perfecto, y la que caereciere de imitación, será imperfecto, como antes está dicho. Y me parece bien el parecer del Pinciano, siquiera porque el nombre de dithiramba o zarabanda no suene más en nuestras orejas; y, con la cosa fea y indigna, se destierre el nombre indigno; y sean, de oy más quatro las primeras y principales especies de la Poética: épica, trágica, cómica y lírica; y sea la dithirámbica vna especie de lírica y la más atreuida, hinchada y perturbada, con la qual se diferencia de las demás especies líricas; y ella de oy más se diga lírica phrigia, la qual, como dize Aristóteles, era muy perturbadora; y las demás se digan líricas dóricas, las quales carecían de ta[n]ta perturbación; y diferénciese también en que ésta no requiere tripudio necessario y aquélla, sí. Y, si queréys, también podréys, poner diferencia en el metro y vocablos compuestos.

Vgo dixo: Lo q[ue] auéys dicho de lo phrigio y dórico confirma Aristóteles en el vltimo de sus Poéticos.

[Frag. 3]

Y, auiendo callado vn poco, començó assí: Sea, pues, la lírica imitación aquella que es hecha para ser cantada; y, esto supuesto, passemos adelante a las diferencias dél, sí algunas tiene.

El Pinciano dixo: No entiendo lo primero que dezís, y me parece que andáys corto en la difinición o descripción de la lírica, porque, si ella queda en lugar de la dithirámbica, no sólo ha de ser para ser cantado sino metro para ser tañido y dançado.

Fadrique respondió: Vos, señor Pinciano, no consideráys que el ser cantado dice ser metro; y que los poetas suelen dezir: «quiero cantar» por dezir «quiero dezir en metro»; y que también para ser cantado dize la [pág. 425] música con que el poema se exercita.

Está bien, dixo el Pinciano, ya me acuerdo auer oydo esta doctrina, y en hora buena sea que por cantado se «entienda el metro y música; mas ¿por qué dexáys el para ser dançado? Pues la lírica ta[m]bién goza deste género tercero de imitación, según vuestra doctrina.

Vgo respondió: Debaxo de la música se comprehende también el tripudio y la dança; ansí lo quieren algunos autores.

Fadrique lo confirmó diziendo: Y con razón; que este mouimiento numeroso está subordinado a la música por dos vías: la vna, porque el dançar sin son es lo que dize el refrán: «dançar sin son que es vn disparate»; la otra, porque el tripudio es como sombra del cuerpo de la música, cuyos afectos y mouimientos sigue contino.

Estoy contento, dixo el Pinciano; y, pues la lírica tomó nombre de instrume[n]to músico, sepa yo, si no os enoja, qué estilo se sigue en estas dos partes de que, después del lenguaje, consta; y primero, cómo la música mueue afectos en la lírica, porque yo entendía que los quietaua y sosegaua, poniendo paz entre el hombre y sus passiones.

Ansí lo haze, dixo Fadrique, la ordinaria música, mas aquella de que se sirue el poeta, no sólo para esse fin, mas para otro y otro, es dél recebida. Y, para que esto se entienda más de rayz, es de aduertir que la poesía mezcló la arte música a la suya por dos causas: la vna, para el deleytar, y la otra, para enseñar; que, si bien nos acordamos, éstos fueron, son y deuen ser los fines de la poética. Y, dexada la parte q[ue] al deleyte toca, por ser ta[n] manifiesta, digo de la q[ue] a la doctrina, a la qual enseña en dos maneras la música; o perturbando o no perturbando. La lírica enseña [pág. 426] perturbando quando canta renzillas, questiones, dificultades y cosas semejantes, como la tragedia con sus temores y misericordias; que, qual ésta con sus misericordias y temores aplaca las passiones y enseña costumbres, assí aquélla con sus renzillas, questiones y dificultades, esto es, perturbando, como hazían los dithirámbicos especialmente, aunque de otro modo.

La música quieta y perturba al ánimo.

El Pinciano: Yo no entiendo bien esta perturbación.

Y Vgo luego: Poco ay que entender; decid que vn músico os taña cosa triste, y veréys cómo os entristecéys; y decid que sea alegre, y veréys cómo os alegráys.

En los problemas.

Sí, dixo el Pinc[iano], como lo que Arist[óteles] dize del vino y de la melancholía, que hazen mucho a las costumbres naturales; ansí la música, la qual, si coge a vn hombre triste, le haze más, y, sí alegre, mucho más le alegra.

Fadr[ique] luego: No dize esso Vgo, sino que ay especie de música q[ue] entristece al alegre y al triste alegra. Y, para exemplo de lo que el sonido haze, aduertid en la trompeta del Iueues Santo y de los disciplinantes. ¿Qué hombre aurá tan regozijado a quien no priue de alegría aq[ue]l sonido tristíssimo? ¿Y ta[m]bién a quién no regozija vna trompeta de vn juego de cañas? ¿Y a quién no alborota y enciende en ira la trompeta en la guerra quando dize: Cierra, cierra? ¿Y a quién no mueue a sangre y muertes el atambor quando suena: Arma, arma? No digo q[ue] éstos sean instrumentos músicos verdaderos, mas q[ue] por éstos se entienda lo que los verdaderos hazen; y, si, no, decid que os tañan con vna vihuela, con que la tro[m]peta, al ¡cierra! y a la ¡arma!, y veréys quánto os perturba. Y, si más clarame[n]te queréys ver la eficazia del sonido, aduertid lo que haze vn cauallo quando escucha [pág.427] vna trompeta militar, y veréys que él mismo se enciende en ira de manera que arde por la carrera y encuentro.

Aquí dixo el Pinciano sonriendo. Baste esto de la parte perturbadora de la música poética, que basta a la música andar con tal compañía para alborotar los ánimos de las gentes; y, si soys seruido, se trate algo de la que quieta y pacífica.

Fadrique respondió: No es mi propósito traer las cosas fuera dél; y ansí, dexadas las difiniciones y diuisiones de la música, digo q[ue] ella perturba, como está dicho, y quieta y sosiega, como agora se dirá; la música sosiega y quieta perturbando, Como también es dicho; y quieta y sosiega sin perturbación, como lo hizo aquel músico q[ue] apaciguó las guerras ciuiles entre los lacedemonios.

Esse, dixo el Pinc[iano], oy dezir q[ue] lo auía hecho con la lengua, y todo como lo hizo Orfeo, que, torna[n]do domésticas a las ge[n]tes brauas, las reduxo a ciuilidad y policía.

Ansí es, dixo Fadr[ique], y no es mi intento dezir que lo hizo sola la música, sino que ayudó gran parte a la poética para essa hazaña; ansí lo hizo aquel músico q[ue] dexó Agamenón en su casa para aplacar a su muger el ardor lasciuo que sentía en ella; el qual músico, tañendo y dançando metros en alabança de las matronas honestas, tuuo en pie la honestidad de la reyna mientra él viuió y, en muriendo él, murió la honestidad della. Y, por dar fin a nuestra plática, pregunto lo que es más notorio que todo esto: ¿Quando tañía y cantaua Dauid ante Saúl, no arrojaua la perturbación q[ue] el demonio le hazía, con la música y canto? Prouado está bastantemente, a mí parecer, el deleyte y perturbación y quietud que la música haze, y que aquellas dos partes, de la [pág. 428] perturbación y quietud son tomadas del poeta para enseñar, como la primera, del deleyte para deleytar.

El Pinciano dixo: Todo lo he muy bien entendido, mas no cómo enseñauan los sacerdotes de Baco a los hombres con el metro músico y el tripudio.

Vgo dixo: Los sacerdotes bacanales no eran los poetas, sino los que los imitauan, los quales con. el metro enseñauan y con la música, como está dicho; aunque confiesso que esto del enseñar más toca a las demás especies de lírica que no a la dithirámbica, como el perturbar más a ésta q[ue] no a aquéllas, ansí por el metro y música como por el tripudio, que le era más natural, el qual ayuda grandemente a la perturbación.

El Pinciano dixo: En sabiendo yo cómo perturba el tripudio, me parece que auré entendido esta cosa mejor.

Fadrique respondió sonriendo: Yo he leydo que perturba no sólo al dueño, mas a las personas vezinas; y que vn tripudiante o dançante salió al teatro romano por mandado del César, y, después de auer dançado y saltado lo bastante, le mandaron salir del tablado. El estaua tan alienado que, no queriendo volu[n]tario, salió forçado, y, por el camino que yua a su assiento, yua tripudiando y dando muy buenos golpes con pies y manos a los circunstantes, y, aun puesto en su propio lugar, no se podía contener, que a los que junto eran sentados no alcançasse daño del tripudio y aun del manudio.

Vgo se rió mucho y dixo: Esso es tomar la cosa muy literalmente; y, tomándola más hondamente, en la verdad el tripudio perturba mucho al tripudiante y circunstante; muéuense, digo, los espíritus del celebro a éste y a aquél, y se mueue y enciende [pág. 429] juntame[n]te la imaginación.

Dicho, cal×ló vn poco y dixo después el Pinciano a Vgo: Si soys seruido, me decid: ¿qué prouecho trae al mundo la poética con este su tripudio? Porque, aunque todas tres partes de la poética están infamadas con prouerbios antiguos, ésta más que ninguna.

Fadrique dixo entonces: No todos los prouerbios son siempre verdaderos, como ni todas las leyes, ciertas; porque, si lo fuessen, ni vnas leyes con otras, ni vnos prouerbios se encontrarían con otros. Ya sé que dize el refrán «músicos y poetas carecen de seso», y sé que dize otro «en Scithia no ay dançantes porque no ay vides». Al prouerbio contra la poesía y música está ya bastantemente respondido en lo de atrás; y al de agora de los tripudios, responderé en diziendo que los hombres manifiestan sus co[n]ceptos de tres maneras: o por vozes de garganta propia, como lo haze la poética en el le[n]guaje, o por vozes de instrumentos, como poco ha dezíamos de las vihuelas, arpas, flautas y los demás instrumentos, o por mouimie[n]tos de cuerpo, como lo haze el tripudio; de manera que éste realmente fué hecho para significación de alguna cosa, no sólo para el deleyte, porque no tiene el tripudio más de deleyte de qua[n]to tiene la significación y imitación, y, pues fué inuentado para este fin, claro está que no era más malo o bueno de quanto fué el acto que es significado por el tal mouimiento. Y ansí queda que él es como de la poética diximos y de otras muchas cosas q[ue] se pueden vsar dellas indiferentemente; y, como el poeta puede hazer hymnos en alabança de Dios, y épicas que leua[n]ten los ánimos a bien obrar, y tragedias que quieten y pacifiquen el ánimo [pág. 430] inquieto y alborotado, y cómicas que con risa adotrinen, y líricas que enseñen sentencias prouechosas a la vida humana y, al contrario, que enseñen cosas dañosas, puede auer da[n]ças malas, cuyos actos sean malos y feos, y las puede auer buenas y que signifiquen bien y inciten los ánimos a la prosecución dél.

El Pinciano dixo: De la significación y del acto feo no es menester traer exemplos, que poco ha los vimos con vergüença de nuestros ojos y dolor de nuestro coraçó[n]. De la significación de actos honesto desseo ver algunos exemplos.

Y aun de vtiles también, dixo Fadrique, los veréys, si me escucháys.

[Frag. 4.]

Dicho, començó assí: Entre las partes de la dithirámbica, digo lírica, es el tripudio de que agora es nuestra plática; el qual no es otra cosa que vn mouimiento del cuerpo numeroso y compuesto con que alguna persona imita a otra; por qué se diga mouimiento no ay dificultad; y numeroso se dize porque está obligado a cierto número de mouimientos, cada vno según es; y compuesto, porque deuen tener orden en ellos, assí como en los quietes o descansos. En este exercicio se exercitaron principalmente las ge[n]tes luego que el mundo tuuo principio; y esto fué por se hazer más diestras para la caça de la qual viuían. Al exercicio primero de los pies se fué ayu[n]tando el de las manos también, y se començaron a exercitar en vnos y otros exercicios varios. Este tripudio se dize auer sido el más antiguo. Yo no me atreueré a tanto, mas osaré dezir que es más antiguo que la música, por la necessidad mayor que ab initio huuo del mouimiento, corporal, por quien es también más vtil que no el otro exercicio, di[pág. 431]go la música, porque, dexado aparte que el hombre en él es más hombre y tiene más acción, es ta[m]bién vtil a la conseruación suya por el mouimiento saludable que vsa; y, dexado también el bie[n] que a la salud particular de cada vno trae, la trae también vniuersal por quanto haze al cuerpo más robusto y paciente de trabaxos, lo qual es importante mucho para la milicia, con quien se conseruan y defienden las repúblicas y imperios. En el tripudio se exercitauan los antiguos para instruyrse en aquello que para todo género de armas era conueniente, para el esgrimir, justar, tornear y batallar en folla. Ansí dixo Sócrates que los tripudiantes eran muy aptos para batallar y guerrear. Y, dexadas aparte otras varias diferencias que del tripudio a este fin endereçadas fueron en vso, huuo vno dicho Pyrrhichio, el qual tripudió y dançó en vna tragedia. También Phrínico atheniense, que mereció ser y fué electo emperador por athenienses, pareciéndoles que quien tan bien imitó aquel×la dança militar en fábula, sabría exercitar las veras en historia. Fué tan aprouada esta arte entre los romanos, que dixo Salustio ser necessaria a la matrona honesta y buena. Y esto de la necessidad me parece mucho, y bastará dezir que es lícita, lo qual viene bien con lo que en otra parte significa él mismo reprehendiendo a Sempronio, no de que supiesse dançar, sino de que lo supiesse muy bien, como que huuiesse tomado aquel negocio por principal. Y aquí aduierto, para responder a vna objección de Macrobio, que es diferente tripudiar en teatro público y tripudiar [pág.432] en casa y sin interés. Y, para responder a todas las demás objeciones, digo que el tripudiar y dançar es obra indiferente como otras muchas artes y q[ue] se puede vsar bien y mal della: a la que se vsa bien y honestamente, recibo y alabo, y, la que mal, vitupero y destierro. Resta que veamos algo más de sus diferencias, que las passadas sólo siguieron] para exemplo.

Qué cosa tripudio o dança y bayle.
Vialidades del tripudio

Tripudio. Pyrrhichio.

Diferen[n]cias de tripudio.

Las especies de tripudio fuero[n] tres: la vna era trágica; la otra, lírica: la otra, cómica; las dos primeras eran graues: la vltima, no. De manera que, ansí como la trágica imitación y lírica son graues en la essencia, lo son en el lenguaje, y, como en el lenguaje, en la música, en el tripudio y dança. Esta materia está ya tan oluidada, q[ue] ninguna cosa más; el que quisiere traerla a la memoria por su gusto y curiosidad, lea a Iulio Polux y hallará que estas especies de tripudio no son ínfimas, sino que contienen a otras; assimismo la diuersidad del tripudio segú[n] la persona, género, edad y modo de viuir; y, en suma, hallará en él todas las co[n]sideraciones q[ue] el le[n]guaje, porque, como la poesía es imitación en lenguaje, el tripudio es imitación en da[n]ca. Y ansí dize Aristóteles en sus Poéticos: «Los tripudiantes o dançantes no hazen otra cosa que imitar en la variedad del mouimiento concertado en las acciones perturbantes y costu[m]bres de los hombres». Las quales acciones, siendo honestas, deue[n] ser imitadas por la doctrina qruel co[n]sigo traen a los presentes, como desterradas y enterradas las laicizas y deshonestas zarabandas, las quales no siruen sino de lo que dize Horacio, en el libro tercero del Carm[en Saeculare], lira sexta, y las quales llora que en su tiempo se vsauan, y podíamos nosotros llorar también que agora se [pág.433] vsan. Dize, pues, en el lugar ya dicho, desta manera:

Place y agrada

A la virgen madura

La jonia soltura

Ser enseñada;

Derecha y coruada,

El acto inhonesto

de Venus imita,

Y tierna medita

El crimen incesto

Ansí publica el poeta la desuergüenca de sus tiempos, y, ansí le reprehende. Y, más adelante, en la lírica siguiente, pone la preuención al peligro, razona[n]do con Asteria y suadiendola castidad por estas palabras:

Cierra, Asteria, tu puerta

Antes que cierre el día;

No escuches la harmonía

Ni del que busca ver tu fama muerta;

La cítara quexosa

Huye, y dificultosa

Y constante y entera,

En gracia de Dios perseuera.

Más me agradan, dixo Vgo, las durezas y perezas désta que las meditaciones de la otra; pero, dexado este malo, feo y torpe zarabándico, tratemos vn poco del honesto y prouechoso.

Por cierto, dixo Fadrique, que yo no sé más que dezir desta materia siguiendo como sigo generalidades; porque tratar de las especies de tripudio q[ue] vsó la trágica, y la lírica, y la dithirámbica, y la cómica, es vn mare magno, como también tratar de las diferencias q[ue] de la parte que más se mueue en el cuerpo toma[pág. 434]ron los antiguos, digo, coruaduras, corriduras, saltos, coxeos, cruzados de pies y manos, palmadas, çapatetas, cabriolas, y las demás fueron tantas, que se han ydo de la memoria, y en la verdad, no hazen al caso a nuestro intento, el qual ha sido, en consequencia de la dithirá[m]bica, dezir q[ue] la música y tripudio perturban co[n] su imitación también, como el lenguaje, y que esta especie de poema es más perturbadora que ninguna, porque tiene juntamente los tres géneros de perturbación, ansí que pelea con arma tres doblada.

El Pinciano dixo: Yo, por mi parte, estoy contento, q[ue] al pobre qualquier don le basta, mas desseo saber desta dithirámbica, no dixe bien, desta lírica, si tiene algunas especies.

[Frag. 5.]

A esto dixo Fadrique: Pues auemos hecho cabeça y género a la lírica de todo aquel poema que es co[n]ueniente y hecho para ser cantado, tañido y dançado y tripudiado, diuidámosle como manda el Pinciano; y digamos que la lírica poesía, o el lírico poema, se diuide en hymno, dithirambo, scholio, peán y en la que particularmente es dicha lírica, las quales todas difieren en el argumento que principalmente tratan; y, diziendo primero de la postrera, digo q[ue] la que particularme[n]te fué llamada lírica, fué, como todas las demás especies, más o menos breue; cuya materia eran amores, alaba[n]ças de hombres y mugeres, las quales dos partes especialmente siguió el Petracha, como él mismo en la canción:

Diferencias de lírica.

Amores, alabanças de hombres.

A aquel dulce, cruel y antiguo dueño.

Narraciones

Narraciones como él mismo en la que empieça:

Al tiempo dulce de la edad primera.

[pág. 435] Y la otra:

Siendo yo vn día puesto a la finiestra.

Consejos

Consejos, como en la que comiença:

Italia mía, aunque el hablar sea en valde.

Quexas y negocios.

Contiene, más que quexas, hechos, deshechos. y, en suma, negocios, co[m]bites y cosas assí desta maniera, q[ue] puede[n] ser dichas de passo no como la tragedia y comedia que piden oyente assentado. Su estilo es mediano, mas que se avezina a la gra[n]deza trágica; demanda frequencia de sente[n]cias; el metro varió mucho, porq[ue] admitía todo género de pies en los griegos y latinos, de quienes no doy agora exemplo por no ocupar el ca[m]po sin necessidad. Y esto, en general, de la lírica como especie della.

Sigue el hymno que, como antes fué dicho, era canto en alabanças de los dioses, en estilo no tan alto y en metro no diferente. Del dithirambo ya también está dicho q[ue] fué hecho en alabanças de Baco y que era afectuossíssimo en extremo, lleno de vocablos hínchalos y compuestos y, al fin, todo cuero; del qual y de sus semejantes no tengo que dezir, ya lo dixe, más de que son especies de poemas líricos, los quales vn tiempo se hizieron a dioses y después se aplicaron a los héroes y aun a los hombres.

Dicho esto, calló Fadrique, y dixo Pinciano. Grandernente se declara la cosa quando se da a entender con algún exemplo, y holgara q[ue], ansí como lo hezistes en vna especie lírica, lo hiziérades en las demás.

V[go] dixo: Por manifiesto lo dexó el señor F[adrique], y yo quiero tomar este peso en mis hombros y dezir los exe[m]plos q[ue] de las demás especies de lírica se pide[n]; y esto lo hago porque tengo desseo de publicar mis hazañas [pág. 436].

Fad[rique] dixo: Mucho tiempo será menester para esso.

Y luego Vgo: No cansaré, q[ue] yo seré breue; y, si queréys saber el secreto, es q[ue] yo trasladé de lengua griega vn peán que hizo Aristóteles a vn atheniense, dicho Hermía, y quiero que me digáys qué os parece.

El Pinciano, admirado grandemente, dixo: ¿Cómo assí? ¿Fué Aristóteles poeta?

Y Fadrique, con su risa: Sí; todas materias corrió el monstruo de naturaleza.

Vgo, respondiendo a la pregunta del Pin[ciano], dixo: ¿Y quién lo pudiera ser mejor que él en el mundo? Este peán hizo, y hizo otro, a vn Lisandro lacedemonio, digníssimo y celebradíssimo, y otro, a vn otro macedonio, a los quales pudieran los de Píndaro inclinar la cabeça. Dize, pues, Arist[óteles] en el peán q[ue] en alabança de Hermía atheniense hizo desta manera:

Peanes de Aristóteles.

Virtud dificultosa,

Possessión de la tierra

La más feliz y más enriquecida,

Por ti, donzella hermosa,

Más que la paz, la guerra,

Y la muerte es más dulce que la vida.

Tu mesa nos combida

Al fruto sempiterno

Del inmortal tesoro,

Mejor mucho que el oro

Y que el hijo y el sueño muy más tierno.

Por ti baxó al infierno

El hijo de Alcumena,

Y hermanos dos de Helena

Gozan en cielo y tierra nombre eterno.

[pág. 437] Por ti el illustre Achiles,

Ayaz, contra sí fuerte

Y tímido y medroso de la honra,

Passaron tranzes miles

Y, burlando de muerte,

Huyeron de la infamia y la deshonra.

Por ti la tierra oy honra

Su soberana gloria,

Digna de eterna historia,

Dé materia este día

A las hijas de Ioue y la Memoria.Diferencias del lenguaje lírico y épico

Dicho, dixo. Esta sí que es lírica honesta en la materia y polida en su lenguaje.

Aquí dixo el Pinciano: Pues tanto se avezina el estilo lírico al heroyco, ¿cómo le conoceré la diferencia?

Vgo respo[n]dió: Yo le diré por vn exemplo, en el qual el lírico y el épico toquen una misma materia.

Ello está bie[n] dicho, respondió Fadrique.

Y luego Vgo: Descriue Iuan de Mena, como heroyco, el venir del día desta manera:

El lúcido Phebo ya nos mostraua

El don que no pudo negar a Phaetonte:

Subiendo la falda de nuestro orizonte,

Que toda la fusca tiniebla priuaua;

Sus crines doradas ansí leuantaua

Que todas las seruas con sus arboledas,

Cumbres y montes y altas roquedas,

De más nueua lumbre las illuminaua.

[pág. 438] Y el Petrarcha lo mismo:

El nueuo canto y l×lanto de las aues,

Entre las ramas de las plantas ledas,

El murmurar del agua crystalina

Por los arroyos lúcidos y claros

A resonar empieçan en los valles

Y a dar señales de la alegre aurora.

Bien claro se vee la magestad y grandeza el épico que fué Iuan de Mena, y, aunque tiene el Petrarcha, mas muy diferente en grado y en calidad; en grado, porque es menor; y en calidad, porque la frasi lírica tiene más de lasciua y blandura en sí y menos de los vocablos peregrinos, especial los forasteros y alterados.

Calló Vgo y dixo el Pinciano: De manera que me dezís que la lírica difiere de épica en las materias que toca, y en los negocios que trata, y también en la blandura de los co[n]ceptos y palabras. Sea en hora buena. ¿Cómo no dezís algo del metro?

Fadrique se entrepuso diziendo: Claro está que en los poemas castellanos los menores metros son mejores para la lírica, y aun en los italianos, si sus metros menores anduuieran sueltos de los mayores; no lo anda y assí será[n] buenos los que se mezcla[n] de vnos y otros, como en las canciones vemos. Mas dexado esto, ¿cómo no auéys alabado al peán de Arist[óteles]? ¿Por ve[n]tura no lo merece?

Vgo respo[n]dió: Vnas palabras echa otras, y vnas razones a otras quitan lugar. El peán del Philósofo fué el mejor q[ue] en mi vida ley y q[ue] ave[n]taja a los pindáricos.

Fad[rique] dixo: Bueno está el peán, mas mucho dixistes en dezir q[ue] se aue[n]taja a los de Píndaro.

[Pág. 439] Vgo replicó: Añadidle vos la hermosura que yo le quite al trasladarle y veréys qué tal es.

Bueno está por. cierto, dixo el Pin[ciano]. y yo no pensara que tan bien sabía Arist[óteles] hablar, porq[ue] en su escriptura toda estoy por dezir que no he visto tanta eloquencia como en essa lírica.

Arist[óteles], fuente y río de eloquencia.

F[adrique] se sonrió y dixo: Hablar sabía Arist[óteles] y tanto, que Cicerón le llama río de eloque[n]cia.

Ni esso entiendo, dixo el Pinciano.

Y luego Fad[rique]: Arist[óteles] fué grande architecto, y nunca se quiso ensuziar las manos en el yesso y la cal, ni emplearlas en la piedra y la madera.

Sí, dixo el Pinc[iano], bien se echa de ver en sus obras que Aristóteles fué grande architecto por los exemplos que trae en mathemáticas, mas yo no os entiendo.

Vgo se rió y dixo: Hablad más claro si queréys q[ue] os entendamos.

Fa[drique] se declaró diziendo: Arist[óteles] enseñó en sus Rhetóricos más eloquencia q[ue] quantos han escrito juntos, y no la habló.

El P[inciano] dixo: Ya lo entiendo: fué como los emponedores q[ue] enseñan la andadura q[ue] no sabe[n] hazer.

Y F[adrique]: No. Bie[n] supiera Arist[óteles] hablar con eloque[n]cia si quisiera, y la habló en alguna parte; sino q[ue] él professó enseñar al mundo doctrina, y los maestros no deuen ser muy eloquentes, porq[ue] la eloquencia quiere lenguaje peregrino, y éste es escuro; ansí lo enseña él mismo en sus Poéticos, como ya otra vez se ha dicho.

Agora, dixo el Pin[ciano], sé cierto q[ue] entie[n]do esta cosa. Aris[tóteles] supo mucha Rhetórica y enseñó preceptos para ella altísimos, por lo qual Ciceró[n] le dixo río de eloque[n]cia, mas no la vsó, porq[ue] el q[ue] enseña, no deue vsar della, sino hablar con vocablos q[ue] sean ente[n]didos, como son los propios; y, por esta causa, él mismo enseña q[ue] la difinición d[e] la cosa no se dé por vocablos peregrinos y metaphóricos, sino co[n] p[ropios] [pág.440].

Assí, dixo Fadrique, es la verdad, porque la definición deue ser más clara que el definito: y por la misma razón que Aristóteles no fué facundo, Quintiliano dexó de serlo, que como escriuió preceptos de facundia, fué necessario los escriuiesse sin ella por la claridad; y ansí Cicerón adonde escriuió doctrina, no fué tan facundo y eloquente como en las Oraciones, y en las Oraciones no lo fué igualmente en toda parte dellas, porque en las narraciones, confirmaciones y confutaciones, a do es necessaria la claridad -y en ella a vezes va el interés de honra y vida de vn hombre, no conuenía estilo peregrino. y que, por hermosear la oración y narración, quedasse obscura; mas en los exordios, que no son de tanta sustancia, y en los epílogos, que ya está bien entendida la cosa, aquí conuiene la eloquencia y facundia, y aquí la vsan contino los finos rhetóricos, y, poco a poco, nos auemos resualado de la Poética a la Oratoria: será bien boluer a nuestro propósito.

Scholio.

Vgo dixo: Esso es dezirme que, dexados los peanes, se trate ya del scholio y del hymno. Del scholio me acuerdo auerse ya dicho ser lo mismo que el peán, saluo que se acostumbraua a cantar en banquetes, y ansí por el presente ta[m]poco lo aurá. Del hymno digo que es, semejante al peán, aunque era diferente en verso y en que era hecho en alabanças de dioses.

El Pinciano dixo: Según esso, ya se aura perdido este poema, porque los dioses son ya perdidos.

Y Fadrique entonces: Aunque los dioses sean perdidos, no lo es Dios, ni Sancta María, ni sus sanctos, a los quales la Iglesia canta sus hymnos. En diuersas maneras y especies vsaron dellos los antiguos y los que agora se vsan [pág.441], mas son los que dizen inuocatorios, adonde se alaba el numen y deidad y también se pide socorro; tal fué aquel del Petrarcha a Nuestra Señora, que comiença:

Vergine bella, che di sol vestita.

¿Esse es hymno?, preguntó el Pinciano.

Y los compañeros dos a una respondieron: Sí.

El Pinciano replicó: Pues ésse yo le tengo, que le traduxo vn letrado amigo mío, y aun podría ser tenerle en la memoria.

Fadrique le pidió que le dixesse, y el Pinciano: Perdonaréysme si alguna estanza se me oluidare, o si yo no la dixere con la gracia que se suelen dezir estos hymnos; y, después, prosiguió diziendo:

Virgen hermosa, ornada y coronada

Del Sol y las estrellas, cuyo seno

Sanctíssimo encerró al Sol Soberano,

De espuela me da amor y largo el freno

A hazer en tu alabança la jornada

Que, sin él y sin ti, pretendo en vano.

Contino recibió tu pía mano

Quien te llamó con fe;

Donzella, si a mercé

Jamás a ti mouió trabajo humano,

Vesme que muero en fatigoso duelo,

Socorre ya a mi guerra,

Sé que soy tierra, y tú, Reyna del cielo.

Virgen discreta y de aquel número vna

De las beatas vírgenes prudentes,

[Pág. 442] Antes de luz y lámpara más pura,

Sólido escudo de afligidas gentes

Contra golpes de amor y de fortuna,

Debaxo quien victoria está segura,

Refrigerio a la ardiente calentura

Que al humano conquista,

La bella y clara vista

Que tristíssima vió aquella figura

De tu Hijo querido en el madero,

Conuierte a mí, perplexo,

Que, sin consejo. en ti sola espero.

Virgen y pura que, quedando entera

En el parto, quedaste hija y madre,

Que alumbras a ésta y ornas la otra vida,

En ti, tu hijo y del Summo Padre,

¡Oh del Olimpo puerta verdadera!

Vino a cobrar la humanidad perdida.

Entre otras mujeres escogida

Sola tú, Virgen, fuiste, y, tú sola heziste

La cuyta de Eua en gozo conuertida;

Hazme, señora, de tu gracia dino,

Que pueda eternamente

Gozar presente al esplendor diuino.

Virgen sancta y de toda gracia llena,

Cuya summa humildad te alçó a la cumbre

Del cielo, de a do escuchas oy mi ruego,

Tú de justicia diste viua lumbre,

[pág. 443] Tú de piedad la fuente en larga vena

Que al siglo dan pía lumbre y fresco riego;

Tres dulces nombres tienes, no lo niego:

Madre, hija y esposa;

Virgen madre gloriosa

De Aquel que desató mi ñudo ciego

Y al humano tornó saluo y felize,

En cuyo sancta llaga,

Virgen, apaga mi vida infelize.

Virgen sola, en el mundo sin exemplo,

Que al cielo de belleza alta adornaste,

Y a quien igual no fué ni fué segunda;

Al summo y sancto Dios en ti encerraste,

Y el mismo Dios tornó sagrado templo

A tu virginidad sancta y fecunda;

Por ti será mi suerte asaz jocunda,

Si a tu ruego, ¡oh María!,

Virgen sabrosa y pía,

En mí, do abunda el mal, la gracia abunda;

Mi mente de rodillas a ti se echa

Y ruega senda cierta

Que su vía tuerta l×leue a la derecha.

Virgen clara y estable en sempiterno,

Estrella deste mar tempestuoso

Y del linaje humano fiel piloto,

Pon ojo al viento y golfo peligroso

Adonde solo me hallo, sin gouierno,

El hilo de mi vida casi roto;

[pág. 444] Aunque impío pecador, pero devoto,

mis errores confiesso;

Virgen, rige mi sesso,

Con el derecho rumbo al sancto coto.

Y acuérdate, que mi dichoso yerro

Hizo al diuino Verbo

Vestir de sieruo en tu dotado encierro.

Virgen ¡quántos lamentos y plegarias

En vano! ¡Y quántos ruegos he esparcido!

Y todos por mi mal y con mis daños;

Después que humana piel huue vestido,

Buscando a mi salud sendas contrarias,

Vine a males horríficos y estraños;

Hermosura mortal, llena de engaños,

Tornó fea mi alma;

Virgen sagrada y alma,

No tardes, que ya son al fin mis años,

Y mis días, con passo osado y fuerte,

Entre culpa y pecado,

Han caminado y sólo esperan muerte.

Virgen, ya es poluo aquella prenda chara,

Aquel×1a que mi vida abrasó tanto

Con su encendida y poderosa llama;

De mil, ella no supo vn breue llanto,

Que, a saberlos, pudiera ser cobrara

Diosa diuina mi ánima te llama,

Si en tal dezir no es falta;

[pág.445] Virgen piadosa y alta,

A ti es fázil, hermosa y bella dama,

Lo que a otros es difícil y impossible;

Pon fin a mi çoçobra,

Que a ti será obra illustre, a mí, apacible.

Virgen en quien es toda mi esperança,

Puedes, si quieres, dar socorro pío;

Mírame, que ya yo soy en vltima hora;

A mí no mires, mira al autor mío;

Mira que soy su hechura y. semejança,

Y de auerla perdido mi alma llora;

Medusa me hizo piedra, gran Señora,

Que humor, vano destilo;

Corran, Virgen, en hilo

Mis lágrimas y crezcan más agora,

Y sea este mi lloro assí abundante

De pesar y vergüença,

Que passe y vença al vano que lloré ante.

Virgen humana, de humilde amiga,

El principio común ten en memoria,

Y compassión de un coraçón contrito;

Que si vn poco de poluo y vil escoria

Amé con tanta fe y tanta fatiga,

¿Qué deuo hazer de ti, bien infinito?

Si del laço en que soy preso y aflito

Escapo por milagro,

Virgen, de aquí consagro

Estilo y lengua a tu nombre bendito,

[Pág. 446] Suspiros, pensamientos y cuydados;

Guía mi ánimo lasso

Y auiua el passo a mis desseos mudados.

El día va al fin, la vela al cabo verde,

El tiempo apriessa bola,

Virgen vnica y sola,

Ya mi alma consciencia y muerte muerde,

A tu Hijo querido me encomienda,

Que en tal trance y congoxa

Mi alma acoja y de Plutón defienda.

Vgo añadió sonriendo: A mi parece bien que, pues Iudas se ahorcó, sea en su lugar Mathías sustituydo; y q[ue], de aquí adelante, sean las especies principales de la Poética quatro, como sie[m]pre, mas no las mismas, y que sean, como está dicho: épica, trágica, cómica y lírica.

El Pinciano dixo: ¿Pues no se habla algo del estilo particular desta lírica?

Y Vgo respondió: De la parte dicha dithirámbica está dicho que quiere estilo peregrino, y, especialme[n]te, el que consta de vocablos compuestos, y graues. De las demás especies líricas lo que entiendo es que piden estilo figurado y florido y variado con diuersas sentencias; y, porque sucede tratar de la vltima, que es la épica, obra larga y que para la acabar no ay harto tiempo, si os parece, se dexe para otro día.

A todos pareció bien el parecer de Vgo, y, [pag. 447] después de auer auido silencio poco espacio, salió el Pinciano como de improuiso y dixo: ¿Pues cómo no me alabáys mas que esto la traducción de la lírica del Petrarcha?

Fadrique dixo: No ay de qué, porque el que traduze, es obligado, aunque se aparte de la letra, a conseruar y aun mejorar la grandeza y primor del original, y essa vuestra traducción, aunque en algunas cosas se aparta del original, en ninguna le l×lega.

¡Por vida mía! dixo el Pinciano, yo lleuaré buenas nueuas a su dueño, pues yo os sé dezir que él pensó auer hecho algo.

Aquí dixeron Fadrique y Vgo juntamente: Algo hizo, pero poco.

Dicho esto, Fadrique se puso en pie y quitó el bonete de la cabeça; de la qual obra entendieron los compañeros que tenía algún negocio a solas, y a solas le dexaron.

Esto es lo que al presente tengo que os escriuir; a mí, nueuo, y a vos no sé lo que será. Si a vos no lo fuere, recibid mi voluntad, que es seruiros y entreteneros con cosa que lo sea. Fecha, cinco días antes de los Idus de Iulio. Vale.

Respuesta de don Gabriel a la epístola décima del Pinciano

Mvcho me holgara, señor Pinciano, verme en la co[m]pañía quando essas damas, cacófilas o demonios, exercitauan sus saltos ionios, para hazer en ellas vn exemplar castigo, deuido a los q[ue] mezclan las cosas sagradas con las profanas; y, si yo tuuiera mando en la República, hiziéralo como lo he dicho.

Fué, como es notorio, la Poética inuentada para enseñar y adoctrinar sabiduría y [pág. 448] virtud; y, siendo tan sancta cosa, essas malas mugeres la han profanado enseñando con sus meneos suzios doctrina perniciosa y contraria a toda honestidad.

[Frag. 1.]

Y, dexada aparte esta honesta sátira tocante a las costumbres y philosophía moral, me conuierto a hablar sobre la natural que de la Poética trata; y digo que me parece bien la etymología de la zarabanda, por la qual consta ser vna misma cosa con la dithirámbica, cosa nueua y que no auía oydo ni leydo.

[Frag. 2.]

En el 2 me agrada la essencia de la dithirámbica y diferencia q[ue] della ay a la lírica y, sobre todo, q[ue] se destierre el nombre de dithirá[m]bica, por ser principio y origen de la fea zarabanda, y que, de oy más, en su lugar se assiente la lírica por la comunicación y semejança que las dos entre sí tiene[n].

[Frag. 3.]

Tiene el 3 la descripción y declaración de las dos partes de la dithirámbica, dichas música y tripudio (que de la tercera, dicha lenguaje, ya está hablado antes de agora, a do se trató que este género de poema pide vocablos compuestos, hinchados), tiene ta[m]bién la declaració[n] y el cómo la música perturba y quieta.

[Frag. 4.]

El quarto tiene cómo perturba y quieta el tripudio, y las diferencias dél, Y, antes de todo, de la vtilidad y necessidad del dicho tripudio.

[Frag. 5.]

Remátase el quinto fragmento con lo que se empeçó el segu[n]do, y fué q[ue] se desterrasse la dithirá[m]bica y q[ue] en su lugar quede la lírica.

Después de auer diuidido en especies los poemas líricos, me embiáys la Vergine bella del Petrarcha, traduzida en castellano; mejor mucho está en su lengua, mas digo q[ue] me parece puede passar y q[ue] deue ser alabado el traductor, el qual, a lo menos, empleó esse rato honesto. Fecha, en los Idus de Iulio. Vale.

***


Proyecto de Edición Libro de notas

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Datos Bio-bibliográficos

Alonso López Pinciano

(Valladolid, 1547-1627)

Bibliografía escogida:

Philosophía antigua poética, Fundación José Antonio
de Castro, 1998

Enlaces:
Obras completas

Otras artes poéticas del autor:

Más información en la wikipedia: Alonso López Pinciano

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