s.XX - Poesía social - César Fernández Moreno: Las palabras, 1963


tienen cuerpo las palabras tocan y son tocadas

son caramelos se las puede lamer chupar mamar

hierven como peces en un estanque tropical

tienen tantas formas como las valvas según las rocas a que se adhieran

pero importa mucho más lo que contiene su nacarado seno

la vida deliciosa frágil del ser que las habita

son transparentes para que resplandezca su contenido

son crisálidas clavos ardiendo

granadas que revientan en la mano si no se arrojan a tiempo

sólo viven para morir

son pilotos suicidas

perecen al tocar su objetivo

la poesía es uno de esos objetivos

uno de los nombres del hombre

su respuesta al canto del gallo

toda expresión equívoca que aclara las cosas

la parte en blanco de los formularios

el himno de libertad de un libre o de un esclavo

un balbuceo muy bien impostado

un abuso del lenguaje

cualquier cosa natural para decir después de hacer el amor

un lenguaje siempre tan intenso como una despedida

el halo que circunda ese lenguaje

cuando se llega al límite sólo hay un modo de hablar

la metáfora decir que una cosa es otra

en el límite todas las cosas son otras

todo es todo la verdad radica en soplos

la poesía la dice no hay otra ciencia exacta

la dice en cierto modo con ciertas palabras

confunde esas palabras las calienta para impedir que la vida

         se entumezca en ellas

hace convergir la vida en las palabras

bosques vecinos uniendo sus incendios

el poeta nace se hace se deshace

se rehace renace

es el inspector más general

un contemplativo sin contemplaciones

todas las cosas le interesan por igual pero a algunas les presta

         demasiada atención

a otras demasiado poca

es un científico cuya mente funciona sin datos

es un deslenguado

es una cruza de perro y dactilógrafo

para ser poeta basta con saber oler y escribir

su conducta nunca es absurda

nunca sabe en qué recodo encontrará las palabras

siempre está naufragando en la libertad

atravesando de piedra en palabra el río del tiempo

todo el tiempo siente cómo pasa el tiempo

cambia gente por soledad a través de angustia

las estrellas volatilizan a esa gente

pero ese hombre tiene que contarle cómo

         son esas estrellas

está prisionero en una fortaleza no puede comunicarse

         sino parabólicamente

por medio de obuses palomas mensajeras

         silbatos supersónicos

es decir palabras

montado en ellas vuelve de su soledad a la gente

ustedes qué harían si vieran descender un plato volador

correrían a contárselo a todos

cualquier cosa que ve el poeta le parece un plato volador

todas lo son

ustedes escuchen o no pero él debe hablar

no le importa que a ustedes no les importe

mentiras le importa mucho y a ustedes también debería importarles

no piensen en él como poeta sino como hombre

de un tajo él se da cuenta cómo es alguna cosa

relaciones estrechísimas entre cosas al parecer remotísimas

él pone poética la realidad

la pone como es

o tal vez al contrario la realidad es la que se pone poética

las cosas se enternecen se desequilibran trascienden peligrosamente

         sus límites

otra vez un bosque pero de otoño con todos sus árboles vibrantes de

         balsámicas hojas

un movimiento se inicia alrededor del poeta lo arrastra a girar

para no caer debe aferrarse a las palabras

para flotar en ese vacío hace falta una balsa o un puente colgante

de palabras

o escala de seda o palabras por donde tal vez subir

la situación exige no perecer asumir una forma estable

no tiene otra salida que las palabras así como el atardecer no tiene

         otra que las campanas

el poeta está obligado a descubrir y pronunciar esas palabras

una fisura se oscurece en la pulimentada superficie del mundo

donde él introduce la arista más delgada de su cuña verbal

a medida que los hechos pasan a palabras se va apaciguando

         el vórtice de realidad

enardeciéndose el de palabras

hasta que el poeta entrega su confesión por escrito

la poesía es el arte de no escribir1

dígalo con palabras como si no lo dijera con palabras

cualquier cosa puede concentrarse en una palabra o extenderse

         en mil

hay que encontrar la cantidad exacta que resulte poética

cada palabra tiene mil sentidos

dos juntas multiplican un millón

con el correr del tiempo las precisiones se van desgastando

         como templos abandonados en la selva

el poeta quiso fabricar una llave pero le salió una ganzúa

ya no sabe qué puertas abrirá pero las abrirá

admiremos al noble ladrón que sólo roba puertas cerradas

ha aceptado ser un sicario pero de la poesía

ha decidido gastar su tiempo en eso

está dispuesto a consumir un año en una e

a escribir con su sangre letreros luminosos

a escribir con bordes de monedas con lapiceras explosivas

con guantes con la zurda

aunque los dedos se le agarroten o se le derritan

a la madrugada levantándose o acostándose

con el deseo con el hartazgo

él estaba escribiendo

se quedó ciego y siguió escribiendo

el poema es el arma perfecta

complejo aceitado compacto

todo poeta vive como un pistolero

con el corazón en la boca

las palabras le ordenan el mundo pero le desordenan la vida

él no compra un espejo para adornar el dormitorio de su amante

compra la palabra espejo para adornar el verso donde su amante

         lo abandona

y se queda solo frente a ese espejo

las balas rebotan en la blindada imagen

el arma funciona contra su portador pero él no quiere soltarla

se agarra del mundo por donde puede

su hacer es lo único que puede oponer al tiempo

el tiempo procura absorberme

integrarme a sí desintegrarme a mí

imposible evitar la lucha entre él y yo

yo lo voy a llenar de mí mismo de cosas en que me transformo

escribir como amar son órganos por donde me vuelco

me lanzo a ser en el tiempo bajo una forma nueva

hasta que me vacíe del todo ya lo sé

pero el tiempo no puede quedar así

hay que ponerlo overo de palabras



[1] Esta definición sólo es válida para poetas.




De Argentino hasta la muerte, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1963

***


Proyecto de Edición Libro de notas

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Datos Bio-bibliográficos

César Fernández Moreno

(Argentina, 1919-1985)

Bibliografía escogida:
Gallo ciego, 1940.
Veinte años después, 1953.
Arentino hasta la muerte, 1963.
Ambages, 1972.
Sentimientos completos, 1982.
Obra Poética I: Argentino hasta la muerte y otros libros, 1999.
Obra Poética II: Querencia y otros libros, 1999.

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Poemas

Poemas

Otras artes poéticas del autor:

Más información en la wikipedia: César Fernández Moreno

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