Barroco - Otros barrocos - Alonso López Pinciano: Filosofía antigua poética, III, 1595


De la essencia y causas de la poética.
[Frag. 1.]

El que aprehende mala doctrina, dize el prouerbio, tendrá dos trabajos en vano: vno, en aprender mal, y otro, en desaprender lo aprendido. Desseoso, pues, vuestro P[inciano] huyr d[e] trabajos inútiles, y amando seguir los honestos y, en suma, hazer lo que emprehe[n]de de vna vez, dexó su posada sin reposar la comida y se fué a casa de Fadrique, su vezino, al qual halló juntamente con Vgo, su conterráneo o compatriota, dando a Dios gracias de la vianda del mediodía. Saludáronse los tres, y Vgo alargó la cabeça hazía Fadrique, al qual dixo con boz escura: A la conseja, el lobo.
El P[inciano] lo entendió y respondió: Si, señores, y codicioso de saber adónde o cómo fué Plat[ón] poeta; yo lo he mirado todo, hoja por hoja, y, sí no son algunos versos agenos, no le he hallado otros algunos: y, o él no es poeta, o yo no sé lo que es serlo.
Lo postrero, respondió V[go].
¿Qué es lo que oyo? dixo el P[inciano] ¿Por ventura [pág. 101] poesía no es oración en metro, hecha para reformar y moderar las costumbres de los hombres?
Assí la difinen algunos, respondió Vgo, pero pregunto: ¿Cómo el metro reforma las costumbres? ¿Vos no veys que es fuera de toda buena lógica y vso de razón?
Pinciano: No el metro es el reformador dellas, pero las cosas que en él se escriue[n].
F[adrique]: Pues dése la difinición por la cosa que es y no por la que no es; y, segú[n] esto, señor P[inciano], no os hizo agrauio Vgo, el qual habló fundado en Aristóteles y en todos los buenos espíritus que en esta materia han hablado.
Pinciano: ¿Pues cómo Aristóteles y todos los espíritus, buenos ni malos, pudieron dezir que yo no sé lo que me digo?
Fadrique se rió y Vgo dixo: No digo yo que tal dize Aristóteles, sino que, por lo que dexó escrito, se entiende que vos no sabéys qué arte sea ésta.
Pinciano: ¿Pues qué cosa es poesía?

Poesía y poema.

Y Fadrique: Poesía, según la manera de hablar común, quiere dezir dos cosas: la arte, que la enseña y también la obra hecha con la dicha arte. Mas llámese, si os parece, la arte, poesía, y la obra, poema, como algunos han querido y no aurá laços en que se enrede vuestra plática.
Dicho, Vgo prosiguió diziendo: Assí que poesía no es otra cosa que arte que enseña a imitar con la lengua o lenguaje. Y, porque este vocablo imitar podría poner alguna escuridad, digo que imitar, remedar y contrahazer es vna misma cosa, y que la dicha imitación, remedamie[n]to y contrahechura es derramada en las obras de naturaleza y de arte. Exemplo de la naturaleza es el niño, que apenas dexa vacío el seno de la madre y ya comiença a imitar: si reys, ríe; si lloráys [pág. 102], llora; si cantáys, canta; si cerráys el ojo, le cierra; si amenaçáys, amenaça, y, ya mayor, si jugáys pelota, juega pelota; si pala, pala; si hazéys processión o disciplina, él haze processión y se disciplina, y otras infinitas monerías. Mas éstas basten por exemplo de naturaleza; y, de la imitación que haze la arte, está lleno el mundo. Pregunto: ¿Qué haze el çapatero, sastre, bonetero, calcetero, sino imitar y remedar al pie, pierna y cabeça del hombre? ¿Qué el armero, sino lo que todos estos quatro? ¿Y qué el pin[pág. 103]tor, sino lo que todos cinco y mucho más? ¿Que el médico, sino imitar a la naturaleza quando bien exercita su obra? ¿Y qué el gouernador, quando co[n] hartura, justicia y paz, rige y gouierna su tierra, sino imitar al Summo Gouernador, el qual, con su infinita bondad, harta al mundo de pan, paz y justicia? Esto, pues, que la naturaleza y arte obran quando remeda a las obras de otros, esto, digo, es dicho imitación.
Forma poética.
El Pinciano dixo entonces: Yo por imitación entendiera, antes de agora, quando vn autor toma de otro alguna cosa y la pone en obra que él haze.
Y Vgo: Essa es también imitación, porque es remedar y contrahazer a otra; y de la imitación está dicho que tiene su essencia en el remedar y contrahazer, assí que essa y las demás dichas están debaxo del género de imitación. Diferéncianse en algunas diferencias, porque el autor que remeda a la naturaleza, es como retratador, y el que remeda al que remedó a la naturaleza es simple pintor. Assí que el poema que inmediatamente remeda a la naturaleza y arte, es como re trato, y el que remedó al retrato, es como simple pintor. Y de aquí veréys de quánto más primor es la inuención del poeta y primera imitación que no la segunda.
Fadrique dixo entonces: Pero aduertir conuiene que, alguna vez, la pintura que simple dezís venze al retrato, lo qual, según el pintor y el pincel, acontesce.
Dize muy bien Fadrique, dixo Vgo, que Virgilio tiene pinturas que sobrepujan al retrato y imitaciones que vencieron al inuentor, porque dexó en cosas a la pintura y siguió a la naturaleza misma. Y si los que imitan, de tal manera imitassen, no sería mucho vituperio, antes grande hazaña Y digna de serlo; mas no sé yo para qué fin imitaré yo mal lo que otro escriuió y inuentó bien. ¡No lo puedo sufrir! Ni aun Horacio sufrirlo pudo, el qual dize destos tales imitadores que son rebaño siervo que no tienen ingenio libre para inuentar, y sieruo que estraga lo que otro hizo bien. Y de esta manera se ha de entender Horacio, el qual también fué imitador de otros, mas no sieruo, porque imitó muy bien. Y bueluo al propósito.
Aquí el Pinciano dixo: No es menester, que yo tengo ya entendido que la poesía es imitación, y aun que ha de ser hecha con lenguaje y plática, porque yo veo que ay muchas es[pág. 109]pecies de imitación, y que el lenguaje es el que a la poesía diferencia de las demás.

[Frag. 2.]

Mas falta, dixo Vgo, que, allende de ser hecha con plática, para ser legítimo poema ha de tener el fin también, que es enseñar y deleytar; que las imitaciones que no lo hazen, no son dignas del venerable nombre poema.
El Pinciano dixo: El que aprehende deue creer al que enseña, y assí [pág. 104] yo, señor Vgo, os quiero creer lo que dezís, especialmente callando Fadrique, aunque podría callar, entendiendo lo contrario, por cortesía de no contradezir.
Essa, dixo Fadrique, no sería sino muy gra[n] descortesía y tanto mayor quanto es en perjuyzio de parte más principal, que es el entendimiento. Bueno será que vea yo que a mi próximo le enseñan mala dotrina y que, por ser a otro cortés, le sea yo dañoso; nunca lo professé. Y lo que agora el señor Vgo ha dicho del fin de la Poética no sé yo que sea necessario, que, para vna difinición buena, basta que tenga género y diferencia, como materia y forma, sin que entre en ella la final causa. Pregunto: ¿el hombre no fué hecho para seruir a Dios? Sí, y el que no le siruiere, también lo es, pues tiene materia y forma racional, cuerpo, digo, y alma. La obra que fuere imitación en lenguaje, sera poema en rigor lógico; y el que enseñare y deleytare, porque estos dos son sus fines, será bueno, y el que no, malo. Y esto es lo que yo de esta materia entiendo.
Bien me paresce, dixo Vgo.
Y el Pinciano: A mí, mejor; mas esto de cómo Platón es poeta, no lo acabo de entender, y holgaría mucho entendello de su rayz y fundamento.
La rayz, dixo Vgo, está ya bien fundada, y el fundamento, bien arraygado, y, a poca costa y en breue, veréys esta máchina leuantada por vos mismo. Pregunto: ¿Los Diálogos y Coloquios en que Platón escriuió su doctrina passaron assí como él los dexó escritos? Sí o no. Claro está que pudiera acontescer, mas no acontescieron, de manera que imitó a lo que pudiera ser y no fué.
Sí, dixo el P[inciano], yo lo crey siempre assí.
Y luego Vgo: Mas pre[pág. 105]gunto: ¿Con q[ué] imitó a aquella acción y acciones? ¿No fué con la lengua, o, si más queréys, con la pluma? Que todo es vno acerca de nuestro negocio.
Aquí se dió el Pinciano vna palmada en la frente y dixo: No me digáys más. La obra de Platón tiene la diffinición del poema: género y differencia, materia y forma, y aun las causas finales que de la Poética dixistes; porque imitó con la lengua para enseñar con deleyte, que, si escriuiera sin imitación, no fuera tan deleytoso como es. Y de aquí nace que Platón tiene tantos deuotos por el gusto que da su letura, assí con la imitación como con el lenguaje: el qual es artificioso y deleytoso tanto como significa el que dixo que, si Iupiter hablara en griego lenguaje, hablara el platónico.
Calló el Pinc[iano] y dixo Fad[rique] a Vgo: ¿Qué os parece el discípulo que auéys sacado?
Y Vgo: Aunque el Pinc[iano] lo ha ente[n]dido muy bien, pero, porque no piense que lo ha penetrado todo, le quiero añadir vn poco que se ha dexado en esta materia comparatiua entre Aristót[eles] y Platón; y es que, assí como éste deleytó más que aquél, por ser poeta y imita[n]te, por ser imitante poeta, enseñó mucho menos. ¿Vos no veys q[ue] tiene más granó vna hoja de Arist[óteles] que treynta de Platón? No lo digo por vituperar a Platón, sino para que sepáys que en todo siguió a Homero, quien él tanto en su República vitupera.
El Pin[ciano] dixo entonces: Todo está muy bien, mas, con todo, me ha quedado vn vacío dentro de mí acerca deste poema de Platón, porque carece de metros y la comú[n] manera de hablar de antiguos y modernos es que los poetas cantan, que es dezir, hablan en verso; los quales son dispuestos para ser cantados, y Platón no cantó como poeta, antes lloró a los poetas, como auemos dicho en alguna parte. Y, aunque para mí deuiera bastar vuestra autoridad, y basta, y digo que ya no dudo, sino que lo creo, holgara saber si algún varón graue antiguo auía emprimado vuestra doctrina.
Vgo dixo: ¡Qué emprimado! Y aun bosquexado y aun retocádola, a mí parecer! Pregunto: ¿Bastará la autoridad del Philósopho? Que, si ésta basta, escusaremos muchas palabras.
El Pinciano: Luego a mí basta por todo el mundo junto en natural philosophía.
Pues mirad, dixo Vgo, que, en sus Poéticos, dize: «no la prosa y el metro differencian a la historia de la Poética, sino porque ésta imita y aquélla no; porque si la obra de Herodoto se pusiesse en metro, y la de Homero en prosa, no por esso dexaría de ser éste poeta y aquél histórico». Y, si queréys más desta massa, leed a sus Poéticos, adonde hallaréys esta doctrina por tan llana que ninguna cosa más.
Fad[rique] affirmó diziendo: Ello es assí sin falta alguna. Assí lo confirma Plutarcho quando dize de Nicandro que no fué poeta en su Triaca. Y lo mismo Quintiliano, quando a Lucano cuenta entre los históricos, y no entre poetas; que, en la verdad, la ánima de la poesía es la fábula, lo qual Aristóteles dize por el exemplo de la tragedia, no sin mysterio, porque la fina tragedia deue tener algo de lo histórico; y, con todo esso, dize que su ánima es la fábula, para que, por argumento de menor a mayor, colijamos que toda Poética no tiene más d [e] vida y esencia que quanto tiene de fábula. Esto, aunque me perdone Platón, no lo entendió del todo quando dixo de los poetas que vnos son imitantes, y otros [pág. 107], no; que los que él llama poetas no imitantes, porque hazen metros sin imitación, no son sino metrificadores. Y, en suma, el metro no es necessario a la Poética, como está prouado; y otra vez quiere Aristóteles, quando dize de la tragedia que es imitación en lenguaje o metro, que, para las disjuntiuas, basta la vna sea verdadera.
Fadrique calló, y dixo el Pin[ciano]: Yo estoy conuencido, con vuestra autoridad y con las de tan graues varones, en que el metro no es necessario a la Poética, como está prouado, y que basta la imitación en lenguaje hecha, y no tengo más que pedir.
Vgo añadió: Pues yo tengo más que dar y añadir fuerças de razón a las autoridades dichas. ¿Acordáysos qué cosa es poema? Bien tenéys memoria de que es imitació[n]; y bien lo creystes por la autoridad del Philósopho; pues pregunto: ¿El que habla en metro, a quién imita? ¿Qué rústicos, qué plebeyos, qué ciudadanos hablan en metro, como en las bucólicas y cómicas? ¿Y qué príncipes, como en las tragedias, hablan en metro? ¿En qué senados, qué consultas, qué ayuntamientos hablaron príncipes y señores jamás en metros? Es tan contrario el hecho, que, por la misma causa que saben los príncipes y reyes que vuestra desgracia os dió tal gracia, no os fiarán cosa de importancia. ¿A quién, digo, imitan los trágicos en hablar en metro? ¿Ni qué tiene que ver el metro con el poema?
El Pinciano dixo entonces: Vos, señor Vgo, parece dezir verdad, y digo que no sólo el metro no es necessario a la Poética, mas que del todo la es contrario; y que yo estoy admirado cómo dieron los antiguos en vn disparate tan grande de escriuir las fábulas en [pág. 108] metros; y que, proponiendo imitar, deshazen del todo los neruios de la imitación, la qual está fundada en la verisimilitud, y el hablar en metro no tiene alguna semejança de verdad; y he caydo en la cuenta que la Historia de Ethiopía es vn poema muy loado, mas en prosa; y también las comedias italianas en prosa son poemas y parecen muy bien; y los que dizen entremeses también lo son, y parecen mucho mejor en prosa que parecerían en metro. Creo que por aquí entenderéys que me voy aprouechando de vuestra doctrina, pues la confirmo con razones tan varias.

[Frag. 3.]

Passo, dixo aquí Fad[rique]; no ta[n]tas injurias a los metros; que, aunque yo en mi vida no los hize, soy muy abogado dellos, y deuen tener su lugar en la Poética. Confieso que, en alguna manera, repugnan a la forma de la poesía, que es la imitación, pero pugna mucho en fauor del fin della, que es deleyte para la enseñança; porque la Poética, desseando deleytar, busca el deleyte no sólo en la cosa, mas en la palabra, y no sólo en ésta, mas en el número de las silabas cierto y determinado, al qual dizen metro. Assí que, por la causa final, que es el deleyte, pierde la formar en cierta manera, q[ue], es la imitación. Y esto da a entender el Philósopho diziendo que el poeta más lo es por la fábula y imitación que no por el metro; adonde significa que el metro tiene alguna parte en la Poética, aunque no en la imitación. No es forçoso el metro al poeta, mas es vna cosa que atauía, y orna mucho a esta dama dicha poesía, y anda con ella tan acompañada y tanto tiempo, que la amistad se ha buelto en parentesco; y es cierto que, a lo menos, algunas especies de Poética no saben estar sin él; y no me pareciera mal que a la imitación con metro llamassen poesía perfecta, y, a la imitación sin metro y al metro sin imitación, poesías imperfectas.
Vgo: Ve[n]go en esso como se den las principales partes de la imitación.
Fadriq[ue]: Quien esso contradixesse, seria vn ignorante; y essa traça no es nueua; y q[ue] otros la dieran antes.
Calló Fadr[ique], y el Pinc[iano] dixo entonces: Sepa yo, señores, si soys seruidos, deste fin desta arte; el qual, aunque es postrero en la execución, es primero en la prete[n]sión, porque lo primero que se pretende de todo es el fin.

Fin de la poética.

Fadr[ique] respondió que le placía, y prosiguió desta manera: Desconcertóse la harmonía y consona[n]cia humana; y el hombre se tragó la innocencia el día que el primero la mançana, por cuya causa vino en disona[n]cia y abieso; éste quisieron endereçar los antiguos philósophos prudentíssimamente de la manera que haze el platero, que, tenie[n]do vn pedaço de plata o oro y, no hallando quien se lo co[m]pre, haze dél vna medalla de algún rey o de algún santo para le hazer más vendible.
Esso no entiendo bien, dixo el Pin[ciano].
Y Vgo: Fácil es de ser entendido. La inclinación humana era aparejada más al deleyte q[ue] a la virtud, y a la philosophía mezcló el oro désta con la figura de aquél, para hacer más vendible su mercadería.
Ta[m]poco, dixo el Pinc[iano], entiendo esso, como essotro.
Y Fad[rique]: Pues a las tres va la vencida. Los philósophos antiguos quisieron enseñar y dieron la doctrina en fabulosa narración, como quien dora vna píldora.
Ya lo entiendo, respondió el Pinciano, que el oro de la sciencia los antiguos philósophos figuraron co[n] la fábula, y al vtil de la doctrina añadieron el deleyte de la imitación poética. Pero pregunto yo agora vna difficultad: ¿Cómo puede ser que sean dos fines de vna cosa misma? Porque repugna a toda naturaleza, si no es dezir que el vno es vltimado y principal, y el otro es no vltimado, sino medio para el fin verdadero; y este tal mejor sería dicho medio que no fin.
Vos auéis dudado muy bien, dixo F[adrique], y, si estuuiera aueriguado quál de los dos, el deleyte o la doctrina, era el fin, vltimado, no huuiera dificultad en lo que dezís; mas ay questión quál sea el fin vltimo y principal, y assí ponen dos fines mientras se auerigua esta causa; porque, si el poeta imita co[n] deleyte para enseñar la doctrina, ésta será verdadero fin; mas si, como otros dizen, imita con doctrina para deleytar, el deleyte se quedará con nombre de fin.
El P[inciano] dixo entonces: ¿Y qué parece al señor F[adrique], por q[ué] Aristóphanes, por boca de Eurípides, dize, en vna de sus comedias, q[ue] el desseo de enseñar y amonestar a los ciudadanos le hizo poeta? ¿Y Isócrates, que los poetas antiguos enseñaro[n] cómo los ho[m]bres sean mejores, y, en otra parte, q[ue] la poesía diuierte al ho[m]bre del vicio?
Arist[óteles], dixo V[go], más se acuerda en la heroyca del deleyte q[ue] no de la doctrina.
Y luego F[adrique]: Y en la trágica, de lo vno y de lo otro; y aun, dentro de la definición misma, pone limpiar los ánimos de passiones, q[ue] es enseñar; y el lenguaje suaue y ornado, q[ue] es el deleytar.
El P[inciano] quedó pensatiuo vn poco, y dixo después: Abaxándose va esta prima; si el deleyte es fin de la Poética principal, no tiene tanto de bueno como yo pe[n]saua, porq[ue] las artes deleytosas y adulatorias, ni son buenas ni aun medio buenas; q[ue] la virtud está en lo arduo, y virtud y deleyte parecen contrarios.
V[go] se sonrió; dixo: Al P[inciano] se le [pág. 111] cayó de la memoria lo q[ue] antes de la humana felicidad se trató, y cómo consiste en el deleyte q[ue] sobreuiene a la virtud, o moral, o intelectual; y si la Poética enseña la vna y la otra, y, por medio de ambas, da el deleyte como fin della, su fin y la humana felicidad serán vna cosa misma.
Ay dos deleytes, dixo F[adrique], en la Poética: el vno es el de la imitación en le[n]guaje, medio para la dotrina, y el otro es el fin de la misma dotrina, en cuya contemplación y acción está la felicidad humana. Quál destos dos deleytes sea el fin de la Poética, o si es el medio, q[ue] es la dotrina, quédese agora en questión; otro día se desatará, y, por agora, baste saber q[ue], assí el deleyte como la dotrina, cu[m]ple[n] el fin d[e] la Poética.
Mejorado nos auemos, añadió F[adrique], q[ue] hasta aquí teníamos dos fines, y agora tenemos tres: dos deleytes difere[n]tes y la dotrina en medio; mas otro día se acabará este pleyto. Dotrina y deleyte co[n]uiene te[n]ga mezclado el q[ue] tiene el poema; q[ue] el que tiene mucha dotrina, no es bie[n] recebido, ni leydo, y el q[ue] tiene sólo deleyte, no es razó[n] q[ue] lo sea; y, en suma, la Poética es arte inue[n]tada, como todas las demás, para bien y vtil d[e]l mu[n]do; de la qual fué orige[n] y principio el fin q[ue] ya es dicho, y otra vez digo, la dotrina con el deleite. Dexo agora lo q[ue] algunos ha[n] querido: q[ue] la marauilla o q[ue] la hermosura de la fició[n] y el le[n]guaje sea[n] fines poéticos.
El P[inciano] dixo: Bie[n] veo el porqué Arist[óteles] y los demás autores sintieron ser la Poética vtil y aun necessaria; y véolo tan claro, q[ue] no quisiera aueros oydo dezir ser vtil como las demás artes, de las quales algunas no sólo no lo son, pero son perjudiciales, como la Mágica, la Chiromántica y la Arte de Amar, de las quales están escritos libros que poca vtilidad dan al mundo.
Fad[rique] se [pág. 112] rió, y dixo: La Mágica y las demás dotrinas superticiosas no son artes, sino artimañas para engañar necios; y la que dezís de Amar, tampoco lo es, como ni tampoco la Historia de Ethiopía es historia, sino que los autores, para autorizar sus escritos, les dan el nombre que se les antoja y mejor les viene a cuento.

Frag. 4.

De la forma y fin de la cosa, que siempre casi andan acompañados, dixo el Pin[ciano], estoy satisfecho; y digo que la forma es la imitación, y que es honesta; y digo que el fin es la dotrina y deleyte, y que el deleyte y doctrina son honestos; mas la materia acerca de que es esta arte, no sé si lo es, que algunos dizen ser Cupido.
Aquí dixo Vgo: ¿En esto nos auemos rompido el celebro? No es Venus ni Cupido el sujeto de quien en esta arte se trata, que las Musas castas fueron. No es éssa la enseñança que promete con deleyte; otra es mucho mejor y más al mundo importante. Horazio dize que las cartas de Sócrates dan materia a la Poética, del cual se sabe quán virtuoso varón fuesse, y que, después de auer penetrado la philosophía natural, passó su estudio a la moral. Y, según esto, la materia de la Poética será[n] ambas philosophías. Assí que el buen poeta, o ha de tocar la philosophía moral o natural en su obra.
Aquí cessó Vgo, y dixo Fadri[que]: Paréceme, señor Vgo, que auéys andado vn poco encogido en la poética materia, y que auéys interpretado al derecho extrechamente; que Sócrates fué dicho de Apolo el hombre más sabio del mundo; y assí entiendo dél que supo de todo mucho; y que el sujeto de la Poética es quanto cabe debaxo de lengua y pluma, porque todo quanto [pág. 113] ay, se puede imitar, sino es Dios, que es inimitable, y aun se atreuen los poetas muchas vezes a imitarle.
¡Por vida mía, dixo el Pinciano, que yo lo he visto muchas vezes esso que decís en los teatros(18)!
Y yo, dixo Fadrique, mas no me parece bien; y querría que los poetas, especialmente los dramáticos que hazen para representar, dexassen estas imitaciones de las texas arriba, y ya que se atreuiessen, a vn ángel, no a Dios y. a Santa María, que no se pueden imitar. Pero ésta es ya disgressión del intento principal, que fué entender que la poesía comprehende y trata de toda cosa que cabe debaxo de imitación, y, por el co[n]siguiente, todas las scie[n]cias especulatiuas, prácticas, actiuas y effectiuas. ¿Y no veys a Homero quán lleno está de todas las artes generalmente, y a Virgilio también, y, en suma, a todos los épico-heroycos por otro nombre, junto con la política que es su principal inte[n]to? ¿No enseñan la astrología, la medicina, la economía y otras muchas facultades? Y assí los demás poetas todos. Y algunos se ponen a enseñar vna especie sola de sciencia; y éste escriue la philosophía; aquél, la medicina; el otro, la arte de caçar; el otro, la de nauegar, y otro, de pelear; y, en suma, cada poeta elige la materia que se le antoja y él se halla más hábil para seguir. Porque el que quiere escribir política, ase de algún Príncipe para en consequencia de su historia enseñar lo que quiere; y el que quiere escribir economía toma personas ciudadanas; y el que ética, emprende de la sátira.
El Pinciano dixo entonces: Essa doctrina me parece bien, mas veo yo que los épicos y trágicos se entran en la ética, y los cómicos, en la [pág. 114] sátira, y, al fin, vnos se encue[n]tran con otros a la enseñança y doctrina. Exe[m]plo desto sea el Poeta, que en el octauo de su Eneida dize assí:
Qual honesta matrona, cuya vida
Con el huso sustiene y con la tela,
La secreta centella y escondida
Debaxo la ceniza abre y reuela,
Afana día y noche ella, y combida
A todas sus siruientas a la vela,
Por dar a su consorte el lecho casto
Y a los caros hijuelos pan abasto.
Veys, a do Virgilio, en consequencia y comparación de la solicitud del dios Vulcano, descriue vna madrugada de vna mujer casada, honesta y casera, y por ella enseña vna fina y perfecta economía.
Fadrique dixo: Es assí la verdad; pero es de saber que las ciencias fueron dichas Musas, que quiere dezir vnidas. Y assí, tratando de la vna en la poética, es necessario muchas vezes entrar en la otra. Y esto no es vicio, antes deleyta por la variedad, y tiene más doctrina por la misma razón. Y lo que yo dixe de la trágica que enseña política, entendedlo principalmente, y que las demás doctrinas son acesorias, y, aunque, como dize Manilio, poeta,
Quanto el mundo capaz dentro contiene
Cantado fué de los poetas sabios.
Materia de la Poética es el vniversal, digo, q[ue] principalmente lo son las tres artes dichas, ente[n]didas debaxo la Philosophía moral, Etica, Económica y Po[pág. 115]lítica; y esto quiso dezir Horacio quando dixo en su Arte: «El officio de los poetas es apartar a los hombres de la Venus vaga; dar leyes a los maridos; fundar repúblicas»; como quien dize: aunque toda cosa es materia de poética, quanta está en las hojas de Sócrates, más especialmente lo es la Philosophía moral; que, pues Sócrates dexó las demás sciencias por yr en prosecución della, es mejor, y lo mejor deue siempre buscar el poeta.
Aquí dixo el P[inciano]: Casi tenemos otras tantas materias de poética como fines.
Pues más ay, respondió F[adrique], que la definición se dió por la materia sujeta, que es el lenguaje, y agora se ha tratado la materia de que trata, y falta la principal, que es la materia acerca de que se ocupa, por otro nombre, el objeto; de quien, dexadas opiniones aparte, digo q[ue] el objeto no es la me[n]tira, que sería coincidir con la Sophística, ni la Historia, que sería tomar la materia al histórico; y, no sie[n]do historia, porque toca fábulas, ni me[n]tira, porque toca historia, tiene por objeto el verisímil que todo lo abraça. De aquí resulta que es vna arte superior a la Metaphysica, porque comprende más mucho y se estiende a lo que es y no es. Torno a la materia de que, y digo vltimamente, en doctrina de Horacio, que la Moral Philosophía es el sujeto de la poética, principalmente de la manera que principalmente el orador quiere arte y estudio, y el poeta, natural [pág. 116] ingenio.

[Frag. 5.]

Calló Fadrique, y dixo el Pinciano: El orden mismo de la plática nos ha traydo a lo que faltaua; porque, auiendo dicho de la forma, fin y materia poética, restaua el efficiente, que agora acabáys de dezirme, que es el natural ingenio.

Efficiente de la poesía.

Vgo dixo: Assí es verdad, que es lo principal, aunque Horacio dize que él no sabe qual es más importante a la Poética, la arte y estudio o la vena natural; y verdaderamente que me haze mucha difficultad esta su sentencia q[ue] dize assí: «El poeta nace y el orador se haze». La qual parece contraria a la primera, porq[ue], si el poeta nace con él y le es natural, ¿para qué el estudio y la arte?
Fad[rique] se sonrió vn poco y dixo después: Está bien; mas se deue aduertir que la Poética se considera diferentemente según sus causas diferentes. El que considera la efficiente, dize muy bien que es el ingenio y natural inuentiuo; y el que considera la materia acerca de que trata, dirá que, para ser buen poeta, debe tener mucho estudio y el que considera a la Poética según ambas causas, efficiente y material, dirá lo que Horacio, que la vna y la otra, arte y naturaleça, son tan importa[n]tes, q[ue] no se sabe quál más lo sea.
El Pinciano dixo: Con mucha breuedad se me ha dicho esto del ingenio, y yo desseaua más dilación; porque dixo Demócrito que el tal ingenio auía de ser furioso, y esta sentencia suena mal al oydo y bien al refrán común que habla de los músicos y poetas.
Vgo dixo entonces: Platón, en el Phedón o De pulchro, dize que furor es vna alienación, en la qual el entendimie[n]to se aparta de la carrera ordinaria.
¡Ya!, dixo el Pinciano, desuarío.
Fadrique lo rió mucho, diziendo: Cayó de pies el dicho.
Vgo dixo: No se le niegue. Para dicho es bueno, pero no dize nada; porque Platón pone quatro especies de furor diuino y sobrenatural, y sobre ellos pone el poético. Assí que ay furores terrenos, y éstos son locuras y desuaríos; mas de los [pág. 117] diuinos, ¿quién tal dirá?, ¿quién imaginará que el de los Prophetas y Sibilas era furor malo y loco?
Calló Vgo y el Pinciano miró a Fadrique, el qual dixo: Toda mi vida fuy amigo de no yr a mendigar al Cielo las causas de las cosas que puedo auer más acá abaxo; y assí esto destos furores diuinos de Platón no me satisfaze; porque él dize ser quatro: prophético, amoroso, báchico y poético. Del prophético yo no hablo, porque en la verdad es diuino; mas en los tres que siguen yo no sé qué diuinidad halla Platón; porque el amor es natural, y aun el amor diuino, a mi juyzio, lo es, y que naturalmente lleua al ho[m]bre a venerar y honrar al Summo Hazedor y Criador de todas las cosas. Pues al venéreo, ¿quié[n] le dirá diuino? Llámole yo maligno. Y el dicho báchico porque es de Bacho, antes se deue dezir furor de vino, que no diuino. El poético se pudiera reduzir más a la diuinidad, pero ni tal quiero confessar, porque si hallamos causas naturales y euidentes, ¿para qué auemos de yr a las sobrenaturales? Ingenio furioso es el del poeta, que es dezir, vn natural inuentiuo y machinador, causado de alguna destemplança caliente del celebro. Tiene la cabeça del poeta mucho del elemento del fuego, y assí obra acciones inuentiuas y poéticas. Esto es lo que deuiera dezir Platón y lo que dixo Demócrito, y aun Cicerón, que es que ninguno puede ser poeta sin inflamación del ánimo y sin espíritu del furor. Mas quien esta materia llegó más a su perfección, como todas las demás, fué el Philósopho, en sus Poéticos, el qual dize assí: «Es la poética de varón de ingenio versátil o furioso».
¡O, dixo el Pinciano, cómo me ha [pág. 118] agradado que Aristóteles aya tocado esta materia, que verdaderamente me parece que, hablando de philosophía, no se puede hablar sin él, y adonde él entra todo parece que lo hinche y colma! Quiero, palabra por palabra, entender essa su sentencia; y primero pregunto: ¿Qué quiere dezir que la poética es de varón? ¿Por ventura las mujeres son imposibilitadas a ser poetas? Porque tenemos historia de vna Sapho y otra Corina, y otras assí que lo fueron, y no malas.

Sapho y Corina, he[m]bras poetas.

Fadrique dixo: No se deue entender este término tan literalmente como esso. Lo que quiso dezir Aristóteles fué que la poética era de ingenio macho y varonil; y assí como ay mujeres en otras acciones varoniles, lo pueden ser en ésta. Y, si estáys satisfecho de la primera palabra, passaré a la segunda, que era versátil, que quiere dezir ingenio aplicado y acomodado a todas cosas. Tal dize Tito Liuio, en el Bello Macedónico, que era el ingenio de Catón. Furioso quiere dezir ingenio que fácilmente se arrebata y eleua de las cosas acá materiales y se sube a la consideración y contemplación; el qual arrebatamiento y eleuación puede muy bien aco[n]tecer humanamente, sin ser inuención de diuino furor particular. Es, pues, la poética, como dixo Aristóteles muy bien, obra de ingenio versátil, porque éste rescibe fácilmente qualquier idea o forma de las cosas; o de ingenio furioso, porque el tal es aparejado para la inuención. Y assí, como el que tuuiere arte y natural, será bueno para la poética, el que tuuiere las dos partes del ingenio natural, digo, versátil y furioso, será más perfecto.
Vgo [pág. 119] dixo entonzes: Todo está muy bien dicho, pero, quando los poetas inuocan a las Musas, ¿no piden el furor diuino?
Fadrique dixo: ¿Y los poetas satíricos de nuestros tiempos, y los líricos y derretidos amantes a quién inuocan? ¿Por ventura viene socorro y furor diuino en su ayuda? ¿Y por ventura verná el diuino furor en sus malignos y muelles versos(19)? Mejor será qué digamos lo dicho; y digo de nueuo que el furor poético es natural y ayudado alguna vez del espíritu diuino, como se vee en Dauid y otros semejantes. Y las más vezes es ayudado de otro furor natural más baxo, del qual son tantas las especies, quantos los desseos y apetitos. Del amoroso apetito que añada furor al poético es tan cierto, que algunos hizieron a Cupido el inuentor de la poética. Y el Petrarca dize que el amor le hizo poeta, en aquella Canción que comiença:
Los affectos y passiones ayudan al furor natural poético. Amor poeta.

Quello antico mio dolce empio signore(20).

Ira poeta; indignació[n] poeta; auaricia poeta; odio poeta.

La ira, dize Horazio, que armó a Archiloco de iambos. La indignación, dize Iuuenal que le hizo hazer versos. La codicia y el interés, dize Persio, que hace a los cueruos y picaças poetizar. El odio hizo a Salaya hazer las diras y maldiciones; y, en suma, todo affecto, quando es mucho, engendra furor, y añade al poético gran parte. Yo, a lo menos, conocí vn hombre que dezía de sí que, quando estaua enojado, Demósthenes le podía seruir el aguamanos y Cicerón el paño, y que de Quintiliano no hazía caso, porque era vn rateruelo.
En todos los furores que auéys agora dicho [pág. 120] y comprouado por exemplos, dixo el Pinciano, no os auéys acordado del báchico.
Y Vgo, luego: ¡El mejor material deste edificio! Y no sé yo cómo esto sea.
Fadrique respondió: Pues aunque auemos comido, no se me ha entrado en la cabeça; y digo dél que es vna gran persona, según de Homero se colige, el qual le alaua mucho, mas Homero alábale en general. Vengamos a lo particular de la poética, acerca de quien se dize que nunca Ennio entró a cantar las batallas ayuno, y que las Musas huelen a vino luego de mañana; assí lo dice Horacio.
De esso me admiro más, dixo el Pinciano, que, auiendo dicho Horacio que el poeta se deue abstener del vino, ¿cómo él mismo le alaba para la poesía?
Ay, dixo Fadrique, entra otra vez la distinción de la materia poética y efficie[n]te. Que para adquirir la materia poética, que son las disciplinas y artes, no es el vino bueno, antes es muy dañoso, porque el aprender es quando niños, a los quales, como dize Platón, estraga el gran calor del vino, mas a los ya adultos y que saben la materia poética, aprouecha mucho el efficiente y añade furor al natural furor.
Digo, pues, que el furor poético es natural y que se ayuda de los demás dichos de la manera ya referida, mas es de aduertir que conuiene que estos furores sean con moderación, porque, si no lo son, cada vno de por sí basta para dar con el hombre en la casa de los orates. ¿Qué harán dos juntos? Los quales, siendo destemplados, o darán con el hombre donde dixe, o le sacarán del todo la vena. Assí lo dize Ouidio, en los libros De Tristib[us], que los versos quiere[n] cielo que no sea tempestuoso, antes sereno [pág. 121]. Paréceme a mi que vn poco de furor extraño al natural añadido hará el ingenio lo que vn poco de mareta al navío que, ayudado del templado alboroto, camina velocíssimamente; y, quándo es mucho, haze que, procurando el piloto contrastar el peligro, se turbe de manera que algunas vezes no sólo no passa adelante, mas buelue al puerto de donde salió; y éste es el menor peligro de los que pueden acontecer. Dicho esto, se alçó F[adrique] y pidió cortésmente licencia para recebir vna visita que le esperaua. Vgo y el Pinciano concedieron lugar y se despidieron a vn día después de las Calendas de Mayo. Vale.
Respuesta de don Gabriel a la epístola tercera de la essencia y causas que de la poética le escriuió el Pinciano
Otros cinco fragmentos veo en la segunda epístola vuestra como en la primera; y otro tanto deleyte he recebido con la segunda que con la primera, y antes más que menos; porque en la passada me hizistes sabidor de cosas que yo ignoraua, y en la presente me auéys quitado vna gra[n] confusión que de la poética tenía en esto de su forma, la qual confusión me causaron nuestros naturales escritores, que, tomando la cosa materialmente, difiniero[n] a la poesía por el metro, como por parte más essencial della, y, asiendo lo de menos, dexaron lo más importa[n]te. Alabo mucho a essos vuestros amigos, no que sean los primeros fundadores desta dotrina, mas que sean los primeros que a su patria la traen, y juntamente con ella otras [pág. 122], ni en su patria ni en la estrangera tocadas. Tambié[n] me agrado de la diferencia entre la imitación que dezís forma de la poética y entre la otra que se ha alçado con el nombre de imitación; y me agrado especialmente con la breuedad de la difinición del poema, pues en pocas palabras comprehe[n]de la naturaleza de la cosa difinida. Algunos autores añaden que ha de ser imitación de ació[n] humana, o de obra que a humana ación se endereça; mas esta añadidura es poco importante a mi parecer, que tan imitante es el poeta que descriue vn templo por él imaginado, como el que a vn hombre que está peleando en la guerra. Y no quiero hablar más en esto, porque entiendo q[ue] después se ofrecerá ocasió[n] que v[uest]ros co[m]pañeros lo traten, a cuyo parecer me te[n]go de arrimar.

[Frag. 1.][Frag. 2.]

Days en el párrafo 2. 3. las causas finales de la poética, y mezcláys, con Horacio, a la dotrina el deleyte. No me parece mal; pero quisiera ver más adelgazada esta cosa, y saber claramente quál sea el fin de los dos más principal. Yo soy de opinión que ninguno sabe mejor juzgar del fin que tiene la obra que el mismo autor della. Y que, por lo que dezís de Aristóphanes y Eurípides, se puede y deue colegir ser la vtil y honesto más cierto fin de la poética que no lo deleytoso.

[Frag. 3.]

Al fin del 2. y principio del 3. viene mouida la questión, acerca de la qual, por euitar prolixidad, digo: que, en lo que toca a la necessidad del metro en la poética, no tengo que dezir más de lo dicho, que me parece bien lo que me escriuís; y assimismo lo que, al principio de la diuisión tercera, del lugar que el metro deue tener en la poética, y en el fin me holgue ver confirmado mi parecer. En lo que toca a la principal cau[pág. 123]sa final della, trayda desde el largo origen suyo, de la materia sujeta acerca de quien se ocupa la poética, que en quarto lugar viene, estoy muy satisfecho y pagado, assí como malcontento de los que affirman que la materia no es lo dicho, sino la mentira; los quales no sé yo cómo saluará[n] a Virgilio, que en muchas cosas de su actión tuuo mucha verdad; y los que no le creyeren, comparen a Tito Liuio co[n] el argumento de la Eneyda y hallarán en éste más verdades que ficciones, y lo mismo en la Vlisea de Homero, la qual es actión más fabulosa que quantos tomaron fundamento en la verdad.
[Frag. 4.]
[Frag. 5.]

En el quinto fragmento me admirastes primero, y después me hizistes reyr, y me distes mucho gusto y aun enseñança. Cosas nueuas traen essos vuestros compañeros y no malas; con todas me tened gran cuenta y, especial, con las de Fadrique; etc. Fecha, tres días antes de las nonas de Mayo. Vale.
Después de auer cerrado esta carta, pensando en algunas de las cosas que me escriuís, y especialmente en la formal causa y sujetiua de la poética, me paresce que en ella no tiene sujeto particular de sciencia, arte o disciplina, y que todo quanto ay debaxo del mundo es de ella subjeto, como traéys de Manilio poeta; y que no, como la Medicina, Philosophía y Astrología y las demás artes enseñan disciplinas particulares, la Poética enseña alguna en quien funde su essencia principal; la qual, a mi juyzio, consiste, no en enseñar cosa diferente de las demás, sino en el modo de la enseñança, que es por imitación en el lenguaje más [pág. 124] alto de los modos todos, como está bien prouado por la segunda de vuestra epístola; y me acuerdo de los confiteros, que, por mejor vender su massa de maçapán, la dexan de dar la forma llana y redonda que ordinariamente solían, y hazen della mançanas, camuesas, albérchigos, y aun cuescos de ellos, con, los quales la hazen más vendible. Más dignos que éstos son los poetas, a los quales, no el interés propio, sino el vniuersal bien y pro de todos mueue a hazer sus imitaciones. Torno a dezir que no tiene objeto particular la poética, sino vniuersal de todas las artes y disciplinas, a las quales abraça y sobrepuja, porque se estiende a las cosas y sentencias q[ue], no auiendo sido jamás, podrían ser. Vale.

***


Proyecto de Edición Libro de notas

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Datos Bio-bibliográficos

Alonso López Pinciano

(Valladolid, 1547-1627)

Bibliografía escogida:

Philosophía antigua poética, Fundación José Antonio
de Castro, 1998

Enlaces:
Obras completas

Otras artes poéticas del autor:

Más información en la wikipedia: Alonso López Pinciano

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