Barroco - Otros barrocos - Alonso López Pinciano: Filosofía antigua poética XI, 1595


Epístola vndécima

De la heroyca.Mvchas cosas, señor don Gabriel, se dizen y publican en esta Corte estos días, mas son tan fuera del verisímil que, aun debaxo de «dizen y no me parece», no me atreuo a os las escriuir; en sabiendo algo digno, os lo escriuiré en qualquier materia que yo alcance; y en la poética os hago saber que vuestro Pinciano se halló las Calendas de Agosto, a la entrada de la casa de Fadrique, con Vgo; y, después de auer gastado algún espacio en cumplimientos sobre quién deuía subir primero, ve[n]ció el Pinciano y subió Vgo; y, después de hauerse todos bien saludado, estuuieron en sile[n]cio vn rato, al cabo del qual dixo Fadrique a Vgo que estaua vn poco delgado en el rostro, y después le preguntó si estaua con alguna mala disposició[n].

Vgo respo[n]dió: Helo estado vn poco, mas, ya estoy de manera que me atreueré a quebrar vn par de lanças como valiente justador, y darme de cuchilladas con el gigante Goliat, y aun con Brandafurriel y Candramarte.

¡Valiente, por mi vida, dixo el Pinciano, viene oy el señor Vgo, y hecho vn Rodamonte o Rugero!

Y Vgo: No, sino vn Héctor y Achiles todo junto.

Riólo Fadrique y dixo: Materia de poética es ésta, y aun de heroyca.

Y el Pinciano: Pues yo he visto en tragedias representadas cuchilladas y lanças quebradas.

Vgo respondió: Y au[n] mugeres armadas auréys visto, mas essas cosas y personas no son tan decentes a la trágica como a la épica, porque la primera obra que es el que[pag. 450]brar de las lanças no se puede hazer con admiración en teatros, y la otra que es pelear mujeres no se puede obrar con verisimilitud. Ansí que el señor Fadrique ha dicho muy bien que quebrar lanças es de épica más que de trágica.

El Pinciano replicó: ¿Pues qué lanças se quebraron en los amores de Leandro y Hero, escriptos por Museo, los quales tienen nombre de épica?

Fadrique dixo: Los amores de Leandro y Hero más eran para trágica que para épica, y, por falta del poderse representar, aquel acto trágico se conuirtió en épico. Y ansí la nauegación de Ceyce y naufragio es buen subjeto para épica, como la muerte de Alcyón para trágica, porque ésta se puede imitar en poema actiuo, y la otra no, sino en poema común. Y esto quise dezir por el quebrar de las lanças.

El Pinciano dixo: Si yo supiera la diferencia de la épica exquisitamente, della sacara yo si esta obra de guerrear es necessaria a ella o no.

[Frag. 1.]

Vgo respondió: Ni aun del·la lo podréys sacar, porque no todas las condiciones conuenientes de la cosa entran en la difinición, mas solamente lo essencial, como en la del hombre entra el ser animal racional, y no entra el risible, la qual qualidad sigue a la razón.

El Pinciano replicó: Si tiene la definición, será el difinito presente a la cosa, que difinición y difinito se conuierten.

Fadrique respondió: Ya ésta es mucha lógica, y, de conuersación deleytosa, si dura, se hará molesta. Digo que es ansí: que, adonde huuiere el difinito, aurá la difinición y al contrario; mas que ay diferencia de hombre a hombre, y de muger a muger: y [pag. 451] que, no obstante que vna obra tenga las condiciones essenciales de la épica, si falta en las que son accidentales propias, será falta de perfección, como si vn subjeto tiene cuerpo y alma racional, será hombre, mas, si falta en él vso de razón, será hombre bestia, y aun si es en la proporción de los miembros mal formados, le dezimos imperfecto.

Difinición de la heroyca o épica.

Sí, dixo Vgo, que bien puede ser vn poema imitación común de acción graue, hecha para quitar las passiones del alma por medio de compassión y miedo, y no tener la tal obra perfección total.

El Pinciano dixo: Yo lo entiendo ya; y también he oydo lo que desseaua saber, que era la difinición de la épica, con la qual se me absoluió vna duda, y me crecieron otras algunas; y, si soys seruido, preguntaré, digo, si estáys para quebrar las lancas que auéys dicho.

Yo estoy, dixo Vgo. Verdaderamente se nos ha uenido la materia misma a las manos y es ya el tiempo que hable Toledo.

Fadrique se opuso diziendo que aun quedauan más especies de poética de que se auía de hablar, y que parecía que aquel lugar conuenía a ellas; y, después de auerlo dicho, se sonrió.

Vgo replicó: Essos poemas no tienen assiento en palacio, y ansí éste me parece el lugar conueniente para esta materia épica; y añadió que él la desseaua poner en aquel lugar, y que les rogaua lo tuuieren por bien.

[Frag. 2.]

Lo qual dicho, prosiguió desta manera el Pinciano [pag. 452]: Según la difinición que de la heroyca he oydo, ella es lo mismo que la tragedia, y assí parece q[ue] no son más que tres las especies de la poética. Esta sea la primera objeción, y la otra…

Aquí Fadrique rompió el hilo al Pinciano y dixo: Mejor será yr quita[n]do tropieços y respo[n]diendo a las dificultades vna a vna. Este trabajo quiero yo oy recebir por estar conualeciente Vgo.

Vgo respondió: Sano estoy para hablar, y más en materia tan de mi gusto; y ansí digo que la épica con la trágica conuiene en la cosa que es imitada, porq[ue] la vna y la otra imitan personas heroycas, no obstante que la épica las ama buenas, y la trágica, ni buenas ni malas; y conuiene también en el fin, porque la vna y la otra tienen por fin la extirpació[n] de las passiones por medio del miedo y compassión, pero diferéncianse en otras cosas. Lo primero, en el medio de la imitación, porque la trágica imita con personas agenas del poeta, y la épica, con propias y agenas, por lo qual éste se dize poema común y aquél, actiuo. Distínguesse también en los géneros con que la imitación se haze, porque en la trágica se obra la dicha imitación con todos tres géneros, lenguaje, digo, música y tripudio, de la manera que ya está dicho, y la épica haze su imitación con el lenguaje solame[n]te. Estas dos son diferencias essenciales; y accidentales serán otras dos: que el metro en la épica es todo vno y, en la trágica, vario; y la otra, que ésta es vna tragedia sola, y la otra, vn emboltorio de tragedias; y ansí, quitadme la persona del poeta y añadid la música y tripudio a la épica, quedará dos, o tres, o más tragedias.

Diferencias entre épica y trágica.

El Pinciano dixo: No. puedo dexar de confessar las diferencias q[ue] dezís [pág. 453] essenciales, porque yo sé que son de Aristóteles y que son ansí; y también no puedo negar la vna de las accidentales que toca al metro, porque sé que se dixo épica y epopeya del metro heroyco con q[ue] se haze la imitación, y q[ue] heroyca también se dize porq[ue] es imitación de héroes y personas grauíssimas.

Mas Vgo le rompió la plática y dixo: Yo entiendo al Pinciano, y deue de reparar en la vltima de las quatro diferencias que ay entre la trágica épica, y vltima también de las dos accidentales, que era ser ésta como emboltorio de tragedias; y, sin duda alguna, él camina a vna dificultad muy dificultada entre los poetas, de la vnidad de la acció[n] dé la épica, y parece contener más que vna acción, pues de vna épica se puede hazer más de vna tragedia.

Esta misma, dixo el Pinciano, porque si el Philósopho manda que la fábula sea vna sola acción, parece contradezirse, a sí mesmo pues, en sus Poéticos, concede de la Ilíada y Vlysea poderse hazer dos tragedias, las quales obras fuero[n] a él perfectíssimas, y de la Parua Ilíada, ocho. Y esto se aprueua porque la experiencia maestra nos enseña lo dicho claramente; y, si no, mirad a Virgilio y hallaréys que de su acción heroyca se pueden hazer tres y quatro trágicas.

Dicho, dixo Vgo: Si el Pinciano lo huuiera con persona no premeditada, pudiera ser q[ue] le hiziera titubear, mas bajo con quien ha recebido otras vezes estos encuentros de personas tan fuertes como él y los ha resistido. Dicho esto, siguió diziendo: vna deue ser la acción en la fábula épica necessariamente; y, si della pueden salir más que vna tragedia, es de la manera que de vn braço de vna estatua se puede hazer otra estatua [pág. 454], de manera que la materia del braço de la estatua puede ser hecha vna estatua de por sí, y, apartado lo que antes era parte, que componía a la estatua primera, queda todo en la segunda; digo que en la épica todas las acciones, agora de la fábula, agora de los episodios, deuen concernir a esta vnidad de acción, la qual pretende el poeta épico, mas el trágico puede desmembrar vn episodio o vna parte de la fábula y hazer della vna tragedia. Y esto es lo que alabó Aristóteles de Homero, que de tal manera cosió los episodios con la fábula en vna obra, que qualquiera de sus poemas se pudiera reduzir a vna tragedia, y, a lo mucho, a dos. La Eneyda le podría también reduzir a dos: la vna, de la Reyna Dido. y la otra, de la Reyna Amata.

Vnidad de acció[n] épica. El Pinciano dixo: Vos, señor Vgo, con vuestra comparación me auéys satisfecho, mas, ¿por qué no se podrían hazer de Virgilio más que dos tragedias? ¿No huuo hartas muertes en el segundo libro que pueden dar materia harta trágica? ¿No murió Príamo, Deíphobo y tantos Príncipes en la destruyción de Troya?

Fadrique tomó la mano por Vgo y dixo: Ya me parece auer Vgo respondido a essa dificultad al principio, quando dixo que guerras y batallas no eran sugetos trágicos, sino épicos, y, ansí, todas las muertes contenidas en ellas se deuen dexar para los épicos solamente. Otra dificultad pensé yo que traía el Pinciano más parienta de la primera, y es si la acción que ha de ser vna en la fábula, deue ser vna persona sola.

No entiendo esso, dixo el Pinciano.

Y Vgo: Yo lo diré. La acción de la Eneyda principal fué la victoria de Turno y presa de Italia. Dúdase si ésta la auía de [pág. 455] obrar solo Eneas necessariamente, o si fuera lícito que le ayudaran otros; a lo qual respondo que, en las obras épicas que contienen batallas vniuersales, verdaderamente es menester concurran más que vna persona a la acción para la hazer verisímil, en las quales basta que el principal autor lo sea en la obra que se trata, que Achiles compañeros tuuo a la expedición contra Troya, y Vlyses, compañeros que le ayudaron a la muerte de los procos, especialmente su hijo Telémacho; porque hazer varones muy grandes y, de grandes, disformes, es de libros de cauallerías, las quales de los antiguos fueron dichas fábulas milesias.

Aquí dixo Fadrique: Esso de la acción de la Ilíada se calle, que aun está por aueriguar si en ella tuuo Achiles compañeros; porque, si la acción principal fué la muerte de Héctor, solo Achiles fué el autor; y, si la ira de Achiles, como Homero significa en la proposición que de la Ilíada hizo, tampoco; assí que, ni para la vna, ni para la otra acción, tuuo Achiles necessidad de compañero, que él solo mató a Héctor y él solo se indignó contra Agamenón.Vnidad de persona en la épica.

Vgo dixo: Pues sea exemplo la Vlysea, en la qual no huuo vnidad de personas, como está ya dicho; y deue la fábula tener vnidad de acción, porque las demás que huuiere han de concernir a ella sola, y también vnidad de persona en la dicha acción, porque vna ha de ser la principal y necessaria, y las demás, accessorias y que se puedan variar, quitar y poner.

El Pinciano dixo: A mí parece auer entendido esta cosa ya.

[Pág. 456] Y Fadrique:. Sí, mas es menester quede algo más clara, que podría, dudar alguno si la épica es acción trágica, y con mucha razón, pues todos los épicos, en general, tienen fin alegre y placentero; y, si no, miremos a la Ilíada, y veremos que, en respecto del q[ue] la hizo y en la tierra q[ue] se hizo, fué el fin muy agradable; agradable fué a los griegos la muerte de Héctor por Achiles; y agradable fué, en general, a todos la muerte de los procos de Penélope que en la Vlysea se obra; agradable también es el fin de la Historia de Heliodoro, y aun la muerte de Turno en la Eneyda.

Vgo dixo entonces: Yo pienso auer declarado esse punto qua[n]do se habló de la tragedia, sobre la qual diximos que no era forçoso que tuuiesse el fin triste y fatigoso, como lo prouamos por las Iphigenias, pero que es más perfección trágica si tiene el tal fin, por quanto el deleyte viene a la tragedia de la compassión, y, puesta al fin, se acaba el poema con deleyte trágico; confiesso vn no sé qué en la épica más, y que, generalmente, tiene deleyte sin el fin trágico.

Fadrique dixo: Yo quiero responder a mi duda, y digo que a las más de las épicas sucede el fin cómico y deleytoso; y esto es por razón del subjeto principal della, para la qual ordinariame[n]te se busca vn príncipe de mucho valor y amador de justicia, a quien conuiene fin feliz y bienaue[n]turado. para que la fábula no sea mal acostumbrada. Pero la trágica, cuyo príncipe ni es bueno ni malo, conuiene tenga el fin miserable, que, por la miseria, trae el deleyte de la compassió[n], y. por ser ni bueno ni malo, la fábula dexará de ser mal acostumbrada.

El Pinciano: Pues quiero replicar a esso del hazer la fábula mal acostumbra[pág. 457]da por hazer fin trágico de varón que sea justo y bueno; no dixe bien, no replico, sino desseo salir desta duda: ¿Cómo Virgilio, en el segundo de su Eneyda, hizo muerte a Rifeo, justíssimo varón?

Fadrique respondió sonriendo: Leed adelante y veréys que, aunque lo parecía, no lo deuía de ser, porque dize el poeta: «murió Rifeo, justíssimo varón, y otra cosa pareció a los dioses». Pero, por si huuiesse otra ge[n]te muerta a tuerto en la Eneyda. digo y afirmo que, como la tal no tenga las primeras partes en el poema, no importa que muera para la fábula morata.

Aquí, dixo Vgo, se me viene a la memoria vna duda, y es de la misma Eneyda y del libro tercero, al principio.

Ya lo entiendo, respondió Fadrique, dezís que, después de la cosa de Asia, y gente de Príamo, sin merecerlo, fué destruyda; ya está respondido que, por hazer pathética aquella desolación, hizó a la gente justa, mas que no queda la fábula mal acostumbrada por lo que acabo de dezir; que la acción principal, de la Eneyda no es la destruyción de Troya y troyanos, sino la entrada de Italia por ellos; que el príncipe que tiene las partes primeras, como Eneas, Achiles, Vlyses, no conuenía que muriesse(54) en la épica; y no me repliquéys con los amores de Leandro de Museo, que ya está a ello respondido.

Fadrique calló, y Vgo dixo: Bien me parece; y, boluiendo al pu[n]to, digo que la acción trágica pura es miserable en el fin las más vezes, y que la épica, nunca. Y ansí la Vlysea de Homero, según doctrina de Aristóteles, no es pura tragedia, sino mezclada de la comedia, de manera que se puede dezir tragicomedia, tragedia, por el príncipe Vlyses y dioses que en ella interuienen, y co[pag. 458]media, porque, allende que tiene personas humildes y baxas, el deleyte que del·la procede no todo viene de la miseración y lástima. La Ilíada tiene más de lo pathético y lástima y está más en la perfección trágica.

Aquí dixo el Pinciano: ¿Y la Eneyda qué es, tragedia o comedia en el fin? Porq[ue] aun en esto no sé q[ué] he ohído de discordias y disensiones.

Vgo dixo: La Eneyda es fina y pura tragedia en sus partes y en su todo. Porque, si discurrís por sus partes, hallaréys que todo el deleyte que trae es el de la conmiseración, que el primer libro remata con qué músico cantaua los eclipses del sol y luna, y q[ue], en tanto, la infeliz Dido estaua beuiendo largamente al amor dexo aparte la conmiseración y lástima de la tempestad y rota de Eneas. ¿Qué diré del segundo, adonde tantas muertes, lástimas trágicas y miserables cuenta Eneas, y, vltimamente remata con la de su mujer Creusa? ¿Qué del tercero, a do, después de tantas miserias y fatigas en sus errores y vagabu[n]dos viajes, perdió la vida, vltimamente, su padre Anchises? ¿Qué del quarto, adonde tantas solicitudes y amorosas fatigas de Dido se refieren, tantas querellas de su amante Eneas, a las quales sucede la miserable muerte de la Reyna miserable? El quinto remata con la muerte de Palinuro. El sexto está lleno de miserias y calamidades, cansadas por Minos y Radamanto, y, vltimamente, co[n] el Epicedio de Marcello, hijo adoptiuo de Augusto, tan lastimoso que, leyéndole el poeta ante el mismo César, el César mismo, lleno de lágrimas, le mandó q[ue] lo dexasse. El séptimo empieça por el sepulcro de Cayeta, ama de Eneas, adelante se perturba luna dolorosa, y mucho más, la reyna Ama[pág. 459]ta: pertúrbase Turno, Alecto toca al arma; muéuese guerra entre la ge[n]te de Eneas y la pastoral de la tierra, mueren Almón y Calesa y, muertos, los lleuan a la ciudad: ábrense las puertas de la guerra y comiénça[n]se los apercibimientos para ta[n]tas muertes, los quales se prosiguen en el octauo libro; y en el nono se refieren muchas miserables muertes, especialmente las dos de Niso y Euríalo. El décimo co[n]tiene muchas muertes lastimosas, y, después, remata con la de Lauso y Mece[n]cio, sugetos muy aptos para dos tragedias; éste para la morata, y aquél, para la pathética, y aun el Mecencio en su muerte da mucha lástima y co[m]passión, assí como todos los que en toda la Eneyda mueren, en las quales muertes particulares se echa de ver el artificio summo del poeta. El onzeno remata, después de muchas muertes, con la de Camila y Arunte; y el dozeno, con la de Turno. Aduertid, digo otra cosa, y veréys que quanto deleyte da Virgilio con su lección, todo es con la miseria y compassión, y que, verdaderamente, todo su deleyte es trágico.

El P[inciano] dixo ento[n]ces: Por cierto, en las partes todas q[ue] auéys dicho y en muchas q[ue] auéys dexado, ello es assí como lo dezís, mas no en el todo, porq[ue] el fin de la Eneyda tiene algo del cómico, al parecer.

F[radrique] replicó: Ninguna cosa, por q[ue], sí dezís q[ue] el deleyte del remate virgiliano más viene de la victoria y bien de Eneas que del ve[n]cimiento y mal de Turno, ya está respondido que no es forçoso q[ue] la tragedia tenga fin triste, quanto más q[ue], tiene ta[n]to de lo trágico y triste la muerte de Turno, q[ue] no sabré yo dezir quál sea deleyte mayor: el q[ue] da el bie[n] de Eneas o el q[ue] da la co[m]passión de Turno. A mí, a lo menos, me haze gra[n] co[m]passió[n] la muerte [pag. 460] de vn mancebo belicoso y no mal acostumbrado, a quien era prometida Labinia por mujer y la Italia por dote, y más me mueue a compassión quando le veo de rodillas pedir merced de la vida; y en esto, como en todo lo demás, fué summo el poeta, que, por guardar más perfección en su tragedia, puso muerte de Turno, varón q[ue] no hizo por que fuesse muerto, y de quien parece q[ue] se deuía tener compassión.

Aquí dixo el Pinciano: Bien sé que voy fuera del propósito, mas, ¡por vida mía!, ¿no fué en esse lugar Eneas muy cruel?

Fadrique: A lo menos fué Virgilio en su muerte muy primo para que Eneas no fuesse infamado de cruel, porque las leyes de amistad ya os acordáys de Euandro y su hijo y los primeros mouimie[n]tos que no están en manos del hombre, hazen a Eneas disculpado de esse crimen.

Después de aquesto, pausó por vn rato la conuersación, al fin del qual dixo el Pinciano: Yo acabo en este punto de tener experiencia en el deleyte trágico, porque me deleyto en la lectura de Virgilio grandemente, y hallo que el gusto me sucede por la compassión de las calamidades que en él se cuentan; y agora me acuerdo de vna que oluidastes, que fué la de Polidoro, la qual me fué muy deleytosa quando primera vez la ley.

Y Fadrique dixo: Si me huuieran de contar todas las cosas trágicas y deleytosas de la Eneyda en particular, no acabara este día, y más, las que son mezcladas con otros deleytes diferentes de la compassión, como el caso de Polidoro, que trae consigo ayuntado el gusto de la admiración. Y prosiguió diziendo: Paréceme que, con lo que antes fué dicho en general de la fábula, lo dicho en particular [pág. 461] agora, basta a la épica; y que sería razón tratar más particularmente ya la materia y subjeto de quien la épica trata o deue tratar; no digo de q[ué] suerte de príncipe ya está tocado en la trágica y agora también en la épica, lo que basta, sino de lo general de la historia, o, por mejor dezir, de la fábula, porque ay en ello que considerar no poco.

El Pinciano dixo: Esso tengo yo en gran desseo de saber por lo q[ue] oy ohí dezir acerca de ello y no entiendo como querría.

¿Qué es esso?, dixo Vgo.

Y el Pinciano: Veynte cosas que no me acuerdo bien de muchas y, por muchas, me confunden.

Fadrique dixo: Y por la contrariedad dellas también. Yo he entendido la confusión que el Pinciano dize, y le quiero responder para dexar que Vgo cobre vn poco de aliento.

[Frag. 3.]

Vos, señor Pinciano, lo dezís por los poemas q[ue] agora son muy vsados, dichos romances de los italianos, los quales carecen de fundamento verdadero, y de quienes digo assí: no ay diferencia alguna essencial, como algunos piensan, entre la narración comú[n] fabulosa del todo, y entre la que está mezclada en historia, quiero dezir, entre la que tiene fundame[n]to en verdad acontecida y entre la que le tiene en pura ficción y fábula; y esto se saca fácilmente de lo que Aristóteles enseña, en la doctrina trágica, de la qual dize que puede tener fundamento en historia, como la Ilíada, y puede carecer deste fundamento, como la Flor de Agathón; de manera q[ue] ni lo vno ni lo otro pone diferencia essencial alguna, sino, como diximos quando de la tragedia se habló, será más verisímil, quanto a este punto, la que en historia se fundamentare que no la otra; de manera q[ue] los amores [pag. 462] de Theágenes y Cariclea, de Heliodoro, y los de Leucipo y Clitofonte, de Achiles Tacio, son tan épica como la Ilíada y la Eneyda; y todos essos libros de cauallerías, qual los quatro dichos poemas, no tienen, digo, diferencia alguna essencial que los distinga, ni tampoco essencialmente se diferencia vno de otro por las condiciones indiuiduales, ansí como dizen ay diferencia de vn Pedro a otro; y es vna cosa buscar la essencia de la épica, otra buscar la perfección en todas sus qualidades. Será perfecta la heroyca, quanto a la materia, la que se funda en historia más que la que no se funda en alguna verdad (por las causas que en la tragedia se dixeron), mas la que carece de verdadero fundamento, puede tener mucho primor y perfección en su obra, y que en otras cosas aventaje a las que en verdad se fundamentan; yo, a lo menos, más quisiera auer sido autor de la Historia de Heliodoro que no de la Farsalia de Lucano.

Esse, dixo Vgo, no es contado entre poetas.

El Pinciano dixo: Tiene razón, por cierto, el que así lo dize, porque, allende que no tiene metro, el título de la obra dize Historia de Ethiopía, y no poema.

Fadrique y Vgo se sonrieron, y después dixo Fadrique: Por Lucano lo dize Vgo, que de Heliodoro, no ay duda que sea poeta, y de los más finos épicos que han hasta agora escripto; a lo menos, ninguno tiene mas deleyte trágico y ninguno en el mundo añuda y suelta mejor que él; tiene muy buen lenguaje y muy altas sentencias; y, si quisiessen exprimir alegoría, la sacarían dél no mala. Torno, pues, a mi lugar y digo que, quanto a este punto, tiene más perfección la épica fundada en historia que no en fic[pag. 463]ción pura, y que, en la vna y en la otra, se deue guardar el vso y costumbre de la tierra o tierras. de las quales se va haziendo memoria en la narración, que de la persona, sexo, edad y estado de vida ya se dixo quando se trató de la verisimilitud de la fábula.

El Pinciano: ¿Y de la religión no dezís cosa?

Deue el poeta guardar la religión.

Ya está dicho, respondió Fadrique, que se guarde la costumbre para que la narración sea verisímil; porque si vno hiziesse vna épica del rey don Fernando el Sancto y dixesse en ella que el dios Iúpiter y Mercurio y los demás entraron en concilio, no será creydo, antes deuria ser reydo; y en esto no ay dificultad. Otra mayor ha auido entre algunos philopoetas, y es si puede la historia religiosa y sagrada ser materia buena de épica.

Vgo dixo: El obispo Vida y Sanazaro de ella se aprouecharon para El Christiados y Parto de la Virgen.

Y Fadrique: Es assí, mas verdaderamente que cae mucho mejor la imitación y ficción sobre materia que no sea religiosa, porque el poeta se puede mucho mejor ensanchar y aun traer episodios mucho más deleytosos y sabrosos a las orejas de los oyentes. Yo, a lo menos, antes me aplicara, si huuiera de escriuir, a vna historia de las otras infinitas que ay que no a las que tocan en la religión; y si, digo otra vez, huuiera de escriuir heroyca, tomara por subjeto al infante don Pelayo, cuya historia tiene todas las calidades que deue tener la que ha de dar materia a la heroyca: primeramente fué admirable por el varón admirable, el qual, desde vn [pag. 464] agujero, hizo tanto, que echó de la Asturia a la potestad de Vlido, rey de la Arabia y Africa y de España, y aun algunos dizen que el dicho infante conquistó y se hizo rey del reyno de León.

Historia del Infante Don Pelayo, buena para heroyca.Esso, dixo Vgo, no tengo por cierto.

Ahora bien, dixo Fadrique, ni yo tampoco, mas harto es lo dicho; digo, pues, que la historia es admirable, y ni tan antigua que esté oluidada, ni ta[n] moderna que pueda dezir nadie «esso no passó ansí»; y esta es otra condición que deue tener la buena épica. Vltra desto, la sucessión de Pelayo ha sido tan feliz, que, desde él hasta agora, han reynado de su sangre quarenta y nueue reyes, todos sucedie[n]do de padre a hijo, o de hermano a hermano, de varón a varón, saluo siete vezes que, en todo este tiempo vino el ceptro de Pelayo en hembras, cuyos maridos fueron tales, que no digo mejoraron, mas igualaron casi a la alta sangre de Pelayo, del qual descienden oy los reyes de España, que tanta parte tienen en el mundo; y aquella jornada que los historiadores dizen auer hecho Pelayo a Jerusalém, dará al poeta ancho ca[m]po para sus episodios.

Vgo dixo: Marauillosa historia, por cierto, y que al poeta pudiera traer alguna vtilidad si escriuiera dél como era razón.

Y el Pinciano: Yo lo hiziera, principalmente porque el subjeto es digno de épica, y por afición que le tengo desde mi niñez, si a esto sucediera lo que me dezís, no me pesara, que, al fin, el vtil es vn camino llano para lo honesto, lo qual todo hombre apetece o deue apetecer.

Bueluo, dixo Fadrique, a mi propósito, y digo: Que, allende de lo dicho, la historia de Pelayo es muy aparejada para la épica porq[ue] es breue, y no de tal manera ocupará los papeles [pag. 465] del poema, que el poeta pierda lugar para la imitación (en lo qual fué reprehendido Silio Itálico, y lo fué también Lucano, cuya materia fué tan larga que tuuieron necessidad de cifrar lo que los historiadores escriuieron). Tenga, pues, la historia que fundamento ha de ser en, la épica poca materia para que se pueda el poeta este[n]der en episodios.

Aquí dixo Vgo: Yo quiero poner vna razón a la del señor Fadrique desta manera: si la épica no tiene tie[m]po limitado en que deua aco[n]tecer su acción, qual antes está significado ¿cómo se acusa de largo el argumento de Silio Itálico?

Fadrique dixo: Aunque vos, señor Vgo, preguntáys, no respondo sino al Pinciano; y digo que la historia de la épica y la ficción se deue mezclar juntame[n]te para hazer el argume[n]to della de la manera que los días passados diximos por exemplos de la Eneyda, y Aristóteles enseña por el de la Vlysea. Y, supuesto que el argurne[n]to o fábula deue ser breue según esto y según lo q[ue] Aristóteles ta[m]bién en el dicho lugar persuade, hará mal el que para la épica buscare historia larga, porque, alargada con la fábula, harán vn argumento deforme de grande, el qual, si crece con los episodios, será inepto para la memoria de los hombres y, por el consiguiente, mal entendido. Y, sí por ventura quitan los episodios a la fábula, que dará muy seca y, al fin, quedará historia y no poema, como lo fué la de Lucano; o quedará muy seco el poema de episodios, como el de Silio Itálico. Estrecho ha de ser el argume[n]to, y más, las partes dél, que son la historia y la ficción, y largo es el tiempo que la épica consiente y admite en su obra, la qual no se estrecha en tiempo cierto, mas éste se deue gas[pag. 466]taren fábula y argumento que sea breue,. como es dicho, y episiodios que sean largos. Y, si con esto y lo de antes no entie[n]de bien el Pinciano esta materia, no sé cómo mejor me la declare.

El Pinciano dixo: Yo tengo memoria y me acuerdo de la ropa y las faxas de lo mismo, que es ornato el episodio mucho; y me acuerdo que de la historia, como de vrdiembre, y de la fábula, como de trama, se texe esta tela o maraña: y me acuerdo también que la trama ha de ser del hilo de la vrdiembre, para q[ue] no se hagan las fábulas y marañas dichas episódicas, las quales Aristóteles condena; y sé también que el episodio ha de ser, como dizen los boticarios y Vgo dixo el otro día, del emplastro bueno, q[ue] ha de pegar y despegar sin pegar.

Fadrique dixo: Por cierto que está maestro el Pinciano y que se acuerda de cosas largas. Ahora bien; él lo entie[n]de ya mejor que yo, y ha dicho muy bien que los episodios han de estar pegados con el argumento de manera q[ue] si nacieran juntos y se han de despegar de manera que si nunca lo huuieran estado; y éste sea episodio de nuestra fábula. Boluamos y passemos adela[n]te, pues, de la forma y ánima della y de su cuerpo y materia sobre quien, está bastanteme[n]te disputado.

Dicho esto, callaron todos tres Fadrique como que esperaua a que hablasse Vgo, y Vgo como q[ue] esperaua que hablasse Fadrique, y el Pinciano como que esperaua el escuchar, y, visto ninguno hablaua, dixo: No, no estoy contento, porque me auéys hecho estudiar, y ya dudo más de lo que solía: otra ánima y otro cuerpo me dizen que tiene esta épica.

[Frag. 4.]

Vgo boluió el rostro a Fadrique y dixo: Tanto podría dudar el Pinciano, que buscasse a otro que le respo[n] [pag. 467]diesse, él lo dize por la alegoría.

Esso mismo, dixo el Pinciano.

Y luego Vgo: No tengo doctrina de Arist[óteles] en esta materia poética.

Fad[rique] co[n]firmó diziendo: Assí es la verdad; y lo que yo entiendo desta cosa, es que la épica tiene vna otra ánima del ánima, de manera que la que era antes ánima, que era el argumento, queda hecho cuerpo y materia debaxo de quie[n] se encierra y esconde la otra ánima más perfecta y essencial, dicha alegoría.

Esso lehí, dixo el Pinciano, estos días, mas, si tengo de dezir verdad, no lo entendí entonces, ni agora yo lo entiendo como querría.

Fadrique respo[n]dió: Poco ay que entender si por alegoría ente[n]déys no la que en palabras, sino la que en sentencias está sembrada. Vos no os acordáys del apólogo y las fábulas de Esopo, y que, por debaxo de aquellas narraciones fabulosas, están otras sentencias y ánimas, las quales algunos dizen moralidades? Esta, pues, es la alegoría que en la épica se halla muy ordinariamente; de manera qruel la Ilíada y Odysea de Homero y la Eneyda está[n] llenas destas alegorías y ánimas intrínsecas.

Yo, dixo el Pinciano, bien auía oydo dezir del sentido alegórico en la Escriptura Sagrada, mas en la Poética no le entendía; ya me parece entender algo, a lo menos, en el exemplo de las fábulas de Esopo.

Y en las épicas lo veréys, dixo Fadrique, muy mejor y con mucho más primor y verisimilitud. Veréys en la Ilíada mucha philosophía natural y moral, y en la Odysea, mucha moral y natural: y vos, ¿no os acordáys del dicho fin de la Poética, qruel es enseñar? Pues esta especie de doctrina es la más sólida que la Poética tiene: y, si queréys algo desto, leed a los autores mithológicos, q[ue] el·los os dará[n] papeles harto q[ue] leer [pág. 468], y veréys que essos poemas graues están llenos destas ánimas alegóricas.

El Pinciano dixo: Yo lo creo como lo dezís, q[ue] en la Coronación de Iuan de Mena, digo en el comento por él hecho, me acuerdo auer visto cosas desta ánima; pero desseo saber si todas las personas en essos tales poemas tienen la significación y alegoría que dezís.

Fadrique respo[n]dió: Quanto más graue el poema, terná más y mejor; mas no se entienda que todas las personas dél sean obligadas a tener esta segunda ánima; doctrina tenemos de San Agustín dello en la Poética misma, el qual dize: «como la reja sola es la que rompe la tierra, y el timón, cama, velortas y orejeras le acompañan por buen orden y co[n]cierto, assí en los poemas ay figuras que, no significando cosa alguna, son puestas para compañía de las que significa[n]». Resumamos, pues, lo dicho, y acabemos con esto de la forma y materia de la épica para que passemos adelante: digo, en suma, que la épica es imitación común de acción graue; por común se distingue de la trágica, cómica y dithirámbica, porque ésta es enarratiua y aquellas dos, actiuas; y por graue se distingue de algunas especies de Poética menores, como de la parodia y de las fábulas apologéticas, y aun estoy por dezir de las milesias o libros de cauallerías, los quales, aunque son graues en quanto a las personas, no lo son en las demás cosas requisitas; no hablo de vn Amadís de Gaula, ni aun del de Grecia y otros pocos, los quales tienen mucho de bueno, sino de los demás, que ni tienen verisimilitud, ni doctrina, ni aun estilo graue, y, por esto, las dezía un amigo mío «almas sin cuerpo» (porque tienen la fábula, que es el ánima de la Poética [pag. 469], y carecen del metro) y a los lectores y autores dellas, cuerpo sin alma.

Supuesta, pues, la definición, epiloguemos assí las qualidades de la épica: primeramente, que sea la fábula fundamentada en historia; y que la historia sea de algún príncipe digno secular, y no sea larga por vía alguna; que ni sea. moderna ni antigua; y que sea admirable; ansí que, siendo la tela en la historia admirable, y, en la fábula, verisímil, se haga tal, que de todos sea codiciada y a todos deleytosa y agradable.

El Pinciano dixo: ¿Pues de la materia sugetiua en quien no se haze también alguna mención en aquesta parte que ha tratado de la forma heroyca y de la materia acerca de quien?

Esso dixo Fadrique, pudiera quedar para después de auer tocado las partes que tocan a la ánima.

El Pinciano replicó: Sépalo yo, y sea en el lugar que fuérades seruido.

Y luego Fadrique: Digamos de las diferencias formales vn poco. La heroyca tiene sus diferencias tomadas de diferentes partes; porque, como fábula, puede ser simple, sin agnición y peripecia, y compuesta, con peripecia y agnición; y, como tragedia, puede ser o pathética como la Ilíada, y morata como la Vlysea, o compuesta de la vna y de la otra como la Eneyda, en la qual hallo yo todas las perfecciones de todas las fábulas épicas, porque es compuesta de agniciones y peripecias, y compuesta también de pathética y morata, y, en la verdad, ella es toda hiema en la fábula, en las sentencias, en la elocución y aun en la alegoría; y pudiera ser que, si Aristóteles alcançara a Virgilio, no gastara tanto en alabar a Homero; y esto baste por agora. Passo adelante, y digo: que la heroyca, como fábula épica, tiene también sus di[pag. 470]ferencias según la materia que trata, porque vnos poetas tratan materia de religión, como lo hizo Marco Ierónimo Vida y Sanazaro en El Parto de la Virgen, como poco ha dezíamos; cantan otros casos amorosos, como Museo, Heliodoro, y Achiles Tacio; otros, batallas y victorias, como Homero y Virgilio, y esta especie se ha alçado con el nombre de heroyca, de manera que, en oyendo el nombre «heroyca», se entie[n]de por ella, porq[ue] en 1a verdad trae mucho deleyte co[n] las trágicas muertes q[ue] trata y también mucha doctrina con la vna y otra philosophía. Y, en suma, digo que la materia de religión, por ser della, no parece tan bien en imitación; y la materia de amores solame[n]te no es razón que lo parezca, mas, quando fuessen tan graues los escriptores de la amorosa materia como los tres sobredichos, bie[n] se pueden admitir, porq[ue], debaxo de aquel·la paja floxa, ay grano de mucha sustancia; ansí los alabo, no co[n]deno. Y esto sea agora breueme[n]te dicho de las especies d[e] la épica, porq[ue] dellas está hablado antes de agora más a lo largo. Y, pues auemos diuidido la heroyca según su essencia, diuidámosla según su cantidad; lo qual hecho, quedará poco que dezir della.

Diferencias de la heroyca.

Diusión de la heroyca según la ca[n]tidad.

El Pinciano dixo entonces: Ya yo desseaua este tiempo en grande manera, porque en ella no veo yo los mie[m]bros ta[n] apartados y conocidos clarame[n]te como en las fábulas actiuas.

Assí es la verdad, respondió Fadrique, que éssas tienen los episodios menores y dan más lugar a ser conocidas sus partes; y, pues ya Vgo aurá descansado vn rato, prosiga, si tiene gusto.

[Frag.] 5

Vgo dixo: Yo le tengo en lo q[ue] mis amigos le ternán; y prosiguió dizie[n]do: La heroyca tiene, allende de las partes en que [pag. 471], como fábula, se diuide, otras, las quales son dichas prólogo o proposición, inuocación y narración.

Fadrique dixo entonces: ¿Cómo no come[n]çáys por la inuocación, que, al fin, es la parte más religiosa de todas?

Vgo respondió: Soy preguntado de F[adrique], y respondo al Pin[ciano] que soy muy deuoto de Virgilio, y, como él començó sus obras proponiendo siempre y después inuoca[n]do, hele seguido el orden.

El P[inciano] dixo: Sepa yo qué cosa es proposición y quiçá sabré dificultar algo.

Proposició[n], dixo Vg[o], no es más q[ue] el lugar primero de la obra, a do propone el poeta lo q[ue] intenta tratar; y inuocación, a do inuoca el socorro y ayuda para poder empeçar y acabar el inte[n]to; y narración, todo el resto del poema; de manera que las dos primeras partes son tan breues, q[ue] se puede[n] poner y caber en vna hoja sola, y la narración es tan grande como veys que suele ser la épica; es verdad q[ue] la inuocación se suele repetir algunas vezes en la narración, como después se verá.

El Pin[ciano] dixo: Agora que lo he ente[n]dido, pregu[n]to: ¿no es cosa más decente q[ue] el hombre empiece a pedir el socorro diuino antes q[ue] la obra, especialmente q[ue], si no me engaño, Homero, autor diuino, seguió esse estilo en sus obras todas hasta en la Batrachomyomachia?

Ay, dixo F[adrique] sonriendo, no se contenta con inuocar a vna Musa, como en la Ilíada y Vlysea, sino que inuoca a todo el choro entero de las Musas; y si el P[inciano] arguye con autoridad contra vos y en fauor de la inuocació[n] ante todo, yo quiero argüyr por el P[inciano] co[n] razones desta manera: Todo ho[m]bre deue seguir piedad y reuere[n]cia a Dios, el qual, si no se antepone a las cosas todas, es leso en su Magestad; luego, estar co[n]uiene y seguir el orde[n] homérico en esta parte [pág. 472] y dexar otro qualquiera, aunque sea Virgilio.

Vgo dixo: No me parece mal por cierto, porque, en la verdad, sin Dios no puede hombre alguno proponer de hazer cosa alguna; mas, si bien ate[n]demos, a los hombres dió Dios vn aluedrío libre para querer; y assí Virgilio, vsando dél, dixo: «canto o quiero cantar», que todo es vno, mas, para lo hazer bien hecho, no bastaua el aluedrío humano si no venía el socorro diurno, y, ansí, después de auer dicho su intento y desseo, nacido de la voluntad libre, acude prudentíssimamente a llamar a Dios que le ayude.

No me parece mal, dixo el Pinciano.

Y Fadrique: Y a mí me parece bien el estilo de Virgilio en esto ya, y bien el de Homero, y no sabré dezir quál sea mejor.

El Pinciano dixo entonces: De manera que el que primero inuoca, haze officio de hombre pío y religioso, y el que después de la proposición, haze acto de discreto, sin contravenir a la religión. Pues por vuestra sentencia, señor Fadrique, os condeno, y digo que Virgilio procedió altame[n]te en las partes de la heroyca, y en las de la geórgica también.

Fadrique dixo entonces: Bien se puede seguir la vna y la otra opinión; cada vno elija la que mejor, le estuuiere, q[ue] para la vna y la otra ay razones, y ay autoridad de graues varones. Y esto sea lo que toca a las dos primeras partes dichas, proposición y inuocación, o inuocación y proposición.

¿Pues cómo, dixo el Pinciano, no nos dezís algo en particular desta inuocación?

Y Fadrique: ¿Queréys que os diga que a otros poetas toca el inuocar fuera del épico. y que son inuocados otros dioses fuera de Apolo y las Musas, y que Lucrecio inuocó a Venus a fin de la generación, y a [pág. 473] este mismo fin Virgilio, en la geórg[ica], a Ceres y Baco, y que Píndaro y Horacio inuocaron también a su modo? Tenedlo por dicho. Vamos a la tercera y vltima, que es la narración.

El Pinciano dixo: Rasso; no passe adelante la narración hasta que yo sepa…

Fadrique diuidió la plática del compañero y dixo: ¿Que si la proposición ha de ser hinchada o no? Digo que no estoy mal en que sea apersonada, y, como entrada en casa principal, labrada; mas no de manera que la puerta sea de palacio y los aposentos de establo.

El Pinciano dixo: Huelgo auer en esto oydo vuestro parecer, mas no era desta cosa mi questión, sino de vna parte q[ue] se os oluida, y que es intermedia entre la narración y inuocación en algunos autores, y algunas vezes, entre la proposición y narración.

Vgo dixo: Ya os entiendo, por Lucano dezís lo postrero, y lo primero, por algunos modernos. Yo, cierto, lo auía dexado como cosa no essencial, y desseo saber del señor Fadrique qué es lo que en este caso siente.

Fadrique dixo: Vgo, como conualeciente, deue estar ca[n]sado de hablar, y me manda q[ue] hable con este género de cortesía q[ue] a él humilla y a mí ensalla; quiérole obedecer, q[ue] no tengo de enfermar a los conualecientes, sino de darles gusto para que conualezcan. Digo, pues, que esta parte que es dicha dedicación de obra, fué antiguamente vsada en muchos poemas, y fué inuención de la hambre, a mal hazer persuadidora; y, en suma, ella es vna encubierta adulación, porque, si el poeta ha de contar o cantar lo que quiere, deuríale bastar el socorro diuino, que esto significa la inuocación de la Musa, sin pedir después el humano, que es como quien dize: «juro a Dios y [pág. 474] por vida de mi sobrino», y, en suma, vna oración decreciente. Diráme alguno q[ue] el que dedica, no inuoca, sino q[ue] dedica; no lo creo, y, si no, mírese a Lucano, que, por no poner ta[n]tas inuocaciones, se arrimó sólo a la de Nerón; de manera q[ue] la inuocación que deuía hazer a Dios, la hizo a quien le dió lo q[ue] él merecía; que, a mi parecer, quando el Lucano no mereciera la muerte por auer conjurado contra su rey, por auerse oluidado del socorro diuino y demandado sólo el de su rey la merecía muy bien, y en caso alguno el cruel Nerón fué ta[n], piadoso como en dar la muerte al impío poeta q[ue] se oluidó de su Dios y en su lugar puso a él. Déuese a los reyes amor y obedie[n]cia después de Dios, mas, antes que a Dios, absit.

Vgo dixo entonces: No puedo dexar de hablar en esta materia alguna cosa, confessando que Lucano hizo mal en esso que dicho está, mas no en q[ue] sea mala la dedicación después de la inuocación al socorro diuino. Pregunto: ¿no solemos ordinariamente acudir, primero, en nuestras necessidades al templo y, después, a los ministros que las pueden proueer, especialmente que tenemos exemplo de Virgilio, que lo hizo en algunas partes a do dedicó o inuocó el socorro humano?

Fadrique dixo: Yo estoy muy bien con que los ho[m]bres vayan al templo y al cielo a demandar fauor para todas las cosas porque Dios es Todopoderoso, mas no que vaya a los ho[m]bres a pedirles socorro que no pueden dar; yo, señores, soy cierto que esta obra es vna fina adulación. Pregunto: ¿qué socorro pudiera dar el César para la musa de Lucano?

Vgo dixo: Persio dize que muy grande, porque el interés haze poetas a los cueruos y poetisas a las vrra[pág. 475]cas.

Dixo Fadrique: De esso me río, que es ya puro interés; y el poeta deue ser tan noble de condición, que sólo la virtud, y sin interés otro alguno, le mueua, porque, de lo contrario, nacen muchos daños al príncipe [al] q[ue] adula(55), ofende y daña con la adulación, y assimismo porque cobra mal nombre de lisonjero, y a su obra, que entra con opinión de adulación, y, por el consiguiente mentirosa. Son la adulación y mentira dos personas tan conjuntas que ninguna más; y, si Virgilio en alguna parte dedicó o inuocó auxilio humano, fué con tanta destreza, que no es digno de reprehensión por ello, especialmente que en la obra graue, como la heroyca, digo su Eneyda, no vsó de tal dedicación ni inuocación humana, como quien sabía la mucha autoridad que su poema perdería; y, si yo huuiera de hazerla, la hiziera fuera de la obra principal y dentro de ninguna manera. Vaya, pues, de aquí adelante, afuera, como digo, la lisonjera dedicación, y la cosa tan graue se trate con la grauedad que es justo.

Tornando, pues, al propósito, digo que las partes sean quatro, no más, de la épica; la proposición, breue y clara quanto sea posible, y en la qual, si es de príncipe, no se le ponga el nombre propio, sino que se vse de perífrasi. En todo lo demás della no aya circuyción ni rodeo alguno, sino que el poeta en breuíssimas razones diga lo que pretende cantar, captando la atención con prometer cosas dignas de ser escuchadas. La inuocación sea breue también, la qual se puede repetir en la narración todas las vezes que se ofreciere tratar cosa graue y de importancia. De la narración no tengo que dezir más que assí es [pág. 476] dicha toda la obra restante, en la qual se deue auer el poeta ansí como en la fábula se dixo, y en el lenguaje della también.

El Pinciano dixo entonces. ¿Pues por qué, señor, como la épica tiene diferencia de las demás especies de Poética en la fábula y en las partes della, no tiene también alguna en el lenguaje?

Sí, dixo Fadrique, y se trató al tiempo q[ue] dél se habló.

Generalmente. Lo particular, dixo el Pinciano, desseo yo saber, que lo general ya lo tengo entendido.

Fadrique dixo: Poco ay que dezir, mas, pues dello recebís gusto, se haga en hora buena.

[Frag. 6.]

Y, dexado aparte si ha de ser en metro o no, porque Aristóteles no lo determina, digo…

Aquí el Pinciano dixo: No se dexe aparte, sino esso se trate, especialmente que ha mucho que lo espero, porque lo he oydo altercar antes de agora a hombres no del todo ignorantes en la opinión de las gentes.

Fadrique dixo: Por cierto, nunca yo me mataría ni quebraría la cabeça en esta parte, porque no la tengo por essencial, que, si lo fuera, hablara Aristóteles en ella con más distinción que habló quando en sus Poéticos dixo: «la épica haze su imitación con solo lenguaje o metro».

El Pinciano dixo: Pues si esso dize el Philósopho, ¿qué ay que esperar más? Que bien claro da a entender la cosa, y harto corto de vista es quien no lo vee.

Mucho vee el Pinciano, dixo Fadrique; ahora veamos ¿qué entendéys por estas palabras del Philósopho: «la épica imitación se sirue de lenguaje o de metro»?

Yo lo diré, dixo el Pinciano. Lo que entendiera si vno dixera: «yo esperaré en la ciudad o en Toledo», y me parecería que el nombre Toledo, que es indiuiduo, auía restringido a la especie y como corregido lo q[ue] antes auía [pág. 477] dicho de la ciudad.

¿De manera, dixo F[adrique], q[ue] os parece que el metro corrigió al nombre de le[n]guaje, y que Aristóteles quiso que fuesse en metro el poema heroyco? Pues aduertid que también pudo querer con la disiuntiva lo que ordinario la disiuntiua quiere, y es: que basta que la vna de las proposiciones sea verdadera: y que, agora sea lenguaje suelto, agora atado, es suficiente para la épica.

El Pinciano: Yo pensé que lo entendía mejor que lo he entendido.

Fadrique: No es tan fácil la questión como esso; y, si queréys que os diga la verdad, gran perfección es de la heroyca començar por proposición y inuocación, de quienes suelen carecer los poemas heroycos q[ue] no son en metro, los quales entran con su prólogo dissimulado y narración.

Vgo: ¿Pues la Historia de Heliodoro, tan de vos alabada?

Fadrique: Yo, os diré lo que siento, y es: que, aunque vn poema no guarde en todo la perfecció[n] de las condiciones, puede ser no malo, y aun puede ser muy bueno. ¿No os acordáys que diximos en las diferencias de las fábulas que es mejor la co[m]puesta de agniciones y peripecias que la simple q[ue] dellas carece? Pues Aristóteles dize, y dize verdad, q[ue] la Ilíada de Homero es simple y sin agnición y peripecia. Esso supuesto, ¿quién dirá que la Ilíada no es vn valiente poema? Pregúntese a Alexandro Magno.

Bien estoy en esso, dixo el Pinciano, mas al poema de Heliodoro falta también el fundame[n]to en historia, y éstas son ya muchas faltas.

Fadrique dixo: ¿Y cómo sabéys vos esso? ¿Por ventura ay alguna historia antigua de Grecia que os diga que Theágenes no fué de la sangre de Pyrrho, y alguna de Ethiopía que Cariclea no fué hija de Hidaspes [pág. 478] y Persina, reyes de Ethiopía? Yo quieto que sea ficción, como dezís, y yo creo: mas, como no se puede aueriguar, no ay por que condenar al tal fundamento como fingido; y en esto, como en lo demás, fué prude[n]tíssimo Heliodoro, que puso reyes de tierra incógnita, y de quienes se puede mal aueriguar la verdad o falsedad, como antes está dicho, de su argumento.

A Fad[rique] pareció q[ue] dicho esto, no quedaua parte que tocar a la épica necessaria, y ansí lo dió a entender; mas el Pin[ciano] que atendía a saber el estilo q[ue] era obligado a guardar, dixo ansí: A mí falta por saber lo que desseo y se me ha prometido, porque, aunque he oydo antes de agora en parte, no en todo, ni, en su lugar, qual parece éste. Pregunto: ¿Q[ué] cosa sea vocablo heroyco? Porque oyo dezir muchas vezes éste lo es, y essotro, no; y pregunto ¿por q[ué] este nombre pan no es heroyco, y lo es el vino?

Fa[drique]: Yo os lo diré: porque pan dizen que es nombre común.

Pin[ciano]: ¿Pues vino no es harto común?

Fadr[ique] sonriendo: ¿Qué tiene que ver el vino, que es heroyco por figura metonymia, como que haze a los hombres heroycos?

Vgo: Y aun del vino ay quien diga que no es heroyco, y q[ue] Virgilio dixo en alguna parte Dios por huyr del vino.

Esso no huyera Homero, respo[n]dió F[adrique], al qual, según fama y segú[n] se colige de sus escriptos, no le supo mal; y especialme[n]te que Horacio dize mucho bien dél para la poética, y que las Musas luego de mañana huelen a vino, y que Ennio nunca entró a cantar batallas ayuno y otras cosas semejantes, de las quales se saca q[ue], el vino no es malo para la heroyca.

El P[inciano] dixo: Pues yo auía antes de agora oydo vituperar el vino para la poética de autoridad de Horacio.

Fadrique [pág. 479] respondió: Vna cosa es adotrinar vn mochacho y amaestrarle desde niño, q[ue] a su edad es muy dañoso el vino, como antes se dixo; otra cosa es qua[n]do ya está adotrinado y hecho ho[m]bre, a cuya edad no será dañoso por las razones q[ue] diximos quando del eficiente de la poética se habló; mas todas estas palabras ha[n] sido valdías y fuera mucho del inte[n]to, boluamos a él, el qual no era tratar de la cosa, sino del vocablo; y ansí digo de mi opinión, q[ue] el vocablo pa[n] y el vocablo vino no es heroyco y es heroyco. Para cuyo ente[n]dimiento es de saber q[ue] vocablo heroyco se dize de dos maneras: o porq[ue] tiene en sí gra[n]deza y magestad, como fama y nombre eterno, y desta manera ni pan ni vino son heroycos; otra manera de vocablo heroyco ay, dicho ansí, no porque lo sea, sino porq[ue] se puede poner en obra grande y heroyca, y desta manera pan será heroyco, y vino lo será y los demás vocablos propios que no sean baxos, porque los tales ni para heroyca ni para lírica son buenos; en la cómica y satyrica los suelen vsar los poetas, mas esto es ya de otro lugar. Serán, pues, buenos para la heroyca los vocablos gra[n]des y los propios que no sean solamente de gente común vsados. Arist[óteles] dize que esta parte de poética permite tomar tres formas de vocablos: compuestos, digo, y estra[n]geros y metaphóricos, auiendo dicho que la trágica quería metaphóricos, y la dithirámbica, compuestos; ansí q[ue] la épica a los peregrinos principalmente, y, después, admite a los otros dos.

El P[inciano] dixo: Yo me co[n]tento co[n] saber esto, q[ue] verdaderame[n]te me tenía[n] ca[n]sado algunos philopoetas co[n] dezir «este vocablo es comú[n] essotro es malo, essotro no es bueno»; y de aquí adela[n]te me co[n]te[n]taré con q[ue] el vocablo sea [pág. 480] tal, que pueda dezirse delante de personas graues, las quales hablan de la manera que el vulgo comú[n]mente hablo en el vocablo, no en el estilo exceptos algunos vocablos que tiene baxos y viles, o rústicos demasiado; de manera que, huyendo destos tales, no haré agrauio a la heroyca si en ella pongo vocablos comú[n]mente vsados.

Fadrique dixo: Ya está dicho. que éssos no son malos, pero que en la heroyca conuiene no sean ansí todos, sino que se mezclen con los peregrinos, de los quales viene la grandeza a la oración, como Aristóteles enseña en sus Rhetóricos y Poéticos, y lo demás. Desta masa está tratado días ha, por lo qual no te[n]go que dezir más en lo del estilo de lo que está dicho; que de los vocablos grandes y peregrinos y propios q[ue] son en vso se haze el lenguaje heroyco, al qual el ornato de las figuras es conueniente, mas no deue ser mucho, porque la pintura demasiada quita la grauedad a la heroyca, assí como la compostura demasiado ordinaria a las grandes señoras(56), a las quales da más autoridad el traje honesto q[ue] el pintado y alistado; cuya pintura y ornato demasiado es propio a aquella especie de poema dicha lírica, que comparo yo a vna niña, a quien están bien las listas y vestido de variedad de colores que no parecerían bien a vna madre familias y matrona graue; tal es la heroyca, epopeya o épica: ella, como anciana graue, puede vsar de los tres géneros de vocablos, estrangeros, metaphóricos y co[m]puestos, con más justo título que las demás especies de poesía, porque, como dize Aristóteles, esta mezcla de vocablos haze magestad y grandeza en el estilo, el qual es necessario en ella más que en otra [pág. 481] alguna especie de poética. Con esto se acaba de entender cómo sea muy diferente el lenguaje pintado y figurado del heroyco y alto, que puede ser alto sin ser pintado, y pintado siendo baxo, como antes es dicho; conozco, con todo esto, que admite mucha más pintura que no la trágica.

Ahora, por vida mía, dixo el Pin[ciano], dadme vna diferencia general para esta grandeza de estilo y este ornato.

Fadriq[ue] dixo en breues razones: Las palabras grandes propias y los tropos hazen alto estilo, y las medianas y las figuras de las palabras lo hazen mediocre.

Dicho, Fadrique se alçó de la silla y luego los dos compañeros, y el Pinciano, estando de pie, dixo: No es acabada del todo esta materia, que aun resta el dezir quál, en la verdad, sea más digna acción: la trágica o la épica.

Questión sobre la principalidad de la épica y trágica

Vgo respo[n]dió: Yo bien estoy resuelto en essa dificultad, y estoy de parte de la heroyca: el nombre mismo se lo dize, pero, porque sé ay questión y que el Philósopho la trata en sus Poéticos, quiero dar algunas más razones de lo dicho. Digo, pues, que a esto me suade la antigüedad mayor que la épica tiene sobre la trágica; y por la mayor admiración y más deleytosa que consiente; y aun por el metro de que vsa, el qual es mayor, más alto y noble que a los griegos y latinos fué el exámetro y, al·lende desto, es acción más perfecta, porque no ha menester ayuda de otros como la trágica, la qual tiene necessidad de representantes, música y aparato; y, como Aristóteles dize, del modo que los buenos músicos, por ser entendidos, no es menester vsen de mouimientos con su cuerpo, assí la épica no tiene necessidad de mouimiento de actores que la declare sus conceptos, por quanto [pág. 482] ella se manifiesta a los hombres entendidos; esto no acontece a la trágica, la qual, sin estos instrume[n]tos, se entiende mal, y, con ellos, se dexa entender de sabios y necios, y, al fin, es, como dizen, para aluarda y silla; y esto se vee manifiesto: que a leer vna épica no se acomoda el vulgo, sino la gente ingeniosa y de ánimo gra[n]de, mas, a oyr vna tragedia, no ay quien no se aplique; y, fuera desto, la épica es vn mo[n]tón de tragedias y como vn todo, y la trágica, como parte. ¿Pues quién dudará que sea más noble el todo que su parte?

Dicho, calló y Fadrique dixo: Mucha resolución me parece éssa; y yo hallo más dificultad que vos, y os quiero responder a las razones; después diré la mía. A la primera de las quales digo que no vale el argumento «es más antigua la cosa; luego, la más noble», como no valió tampoco en el Decamerón de Bocacio el argumento que por parte de los Var®onzos fué argumentado.

El Pinciano se entrepuso diziendo: Yo no entiendo esta cosa.

Fadrique respondió: Prueua el Bocacio ridículamente la nobleza destos hombres con este discurso: «Primeros y más antiguos son los borrones y bosquexos de las pinturas y figuras que ellas mismas; los Varronzos fueron borrones de la naturaleza, la qual se enseñó a hazer gestos en ellos; luego los Varronzos son más antiguos que los demás ho[m]bres. ¿Son más antiguos? Luego son más nobles».

El Pinc[iano] no entendió el argumento, y dixo Vgo: Presuponed, señor Pinciano, que los Varronzos en Italia es la gente más fea y desproporcionada de toda ella.

Aquí el Pinciano se dió vna palmada en la frente y reuentó en [pág. 483] grande risa diziendo: El argumento de nobleza es muy gracioso.

Y luego Fadrique, prosiguiendo: Assí queda respondido a la razón primera. Vamos a las demás. A lo de la admiración mayor, digo que por ahí se suele perder más la heroyca, faltando más en el verisímil, a lo del metro, digo que es razón fría; y a la quarta respondo que, por essa misma razón, es mejor acción la trágica, porque se ayuda para enseñar mejor y deleytar de otras artes; y a la vltima de la parte y todo, digo que no sean sino como simple y compuesto, y que lo simple tiene más perfección. Y, en summa, que la acción trágica es de más perfección por esto de la simplicidad; y porque tiene su essencia tan bien y mejor que la épica, fuera de la representación, según de Aristóteles antes está referido; y porque tiene, allende del lenguaje, imitación de música y tripudio, como está dicho, las quales dos imitaciones son de mucha importancia para el fin de la Poética; y que tiene más vnidad, y, por esto, más perfección que no la épica, la qual no parece constar de vna acción sola, pues es como vn emboltorio de tragedias; y aun, si atendemos a las personas, hallaremos que la épica consiente marineros y mercaderes y otras personas que, por humildad, no las admite la trágica por forma ni manera alguna.

Dicho esto, boluió el rostro al Pinciano diziendo: Por vuestra vida, señor, ¿no os parece lo que digo ser ansí?

Y, antes que respondiesse a la pregunta, Vgo añadió: Pues yo lo dexo en manos del Pinciano.

El Pinciano [pág. 484] dixo, riendo: Pues me han hecho juez desta causa, lo quiero ser por euitar discordia entre amigos; y conuengamos primero en que la épica es mayor q[ue] la trágica y la trágica menor acción que la épica.

Vgo y Fadrique dixeron: Conuenidos estamos.

Y luego el Pinciano: Esto supuesto, soy de parecer q[ue], si la épica y trágica son buenas, mejor es la épica, porque, como mayor, terná más de bueno; y, si son malas, menos mala es la tragedia, porque, como menor, terná menos de malo; q[ue], si la vna es mala y la otra buena, no ay que dudar.

Los compañeros a vna se rieron, y Fadrique dixo: Está muy bien dicho; y con esto se haga fin a la épica.

Y luego Vgo: El fin auemos visto antes q[ue] el principio en la epopeya, y, si fuera el medio, pudiérase disimular.

El Pinciano no entendió la cifra y dixo: Desseo saber esta algarauía.

Vgo respondió: No lo es, sino vna cosa digna de ser sabida acerca de la heroyca. ¿De dónde ha de tomar su principio? Porque se dize que deue començar del medio de la acción, y que ansí lo hizo Homero en su Vlysea, y ansí Heliodoro en su Historia de Ethiopía; y es la razón porque, como la obra heroyca es larga, tiene necessidad de ardid para que sea mejor leyda; y es assí que, come[n]çando el poeta del medio de la acción va el oyente desseosso de enco[n]trar con el principio, en el qual se hal·la al medio libro, y que, auiendo passado la mitad del volumen, el resto se acaba de leer sin mucho enfado.

La heroyca ha de empeçar del medio.

Fadrique dixo: Heliodoro guardó esso más que ningú[n] otro poeta, porqué Homero no lo guardó con esse rigor, a lo menos en la Ilíada, ni aun en la Vlysea si bien se mira; y si miramos a Virgilio, tampoco començó del medio, porque él tie[pág. 485]ne doze libros, y poco más que dos, que son segundo y tercero, gasta en la acción ya passada, todo lo demás va prosiguiendo cómo presente; ansí que esta doctrina de començar por el medio no es mala, pero no es necessaria y puede hazer el poeta lo q[ue] le pareciere sin agrauiar a la sustancia del poema.

Oy dezir, dixo el Pinciano, que aquello que refiere por agena persona del poeta, como lo que Vlyses a Alcinoo, Eneas a Dido, Calasiris a Cinemón y a los demás en la Vlysea, Eneyda y Historia de Ethiopía narran, es como vn prólogo de lo que después se ha de dezir, y que fué necessario fuessen primero referidas las tales cosas para que el poema en lo de adelante quedasse más manifiesto.

Vgo dixo: Yo no entiendo bien essa cosa, porque bien pudieran los dichos poetas peruertir el orden que tuuieron començado en la acción de su principio, y prosiguiendo en ella ansí como otra qualquiera historia acostumbra; y, según esto, no se puede llamar a las narraciones dichas de Vlyses, Eneas y Calasiris prólogos.

Fadrique respondió: Bien se pudiera hazer lo que Vgo ha dicho, pero fuera quitar mucha perfecció[n] al poema heroyco, en el qual el poeta deue hablar lo menos que él pueda; y, si la acción se narrasse por el orden que fué hecha, era fuerça q[ue] fuesse narrada por la persona propia del poeta.

Oydo he dezir, dixo el Pinciano, esso que dezís, y leydo que Aristóteles alaba a Homero en esse particular, y yo desseo saber la causa dello.

Fadrique respondió: A mí place. Del narrar la cosa por persona agena del poeta nacen muchas cosas buenas a la acción; primeramente que, hablando assí, le es más honesto el alabar o vituperar las cosas que [pág. 486] ama y aborrece, y dar su sentencia y parecer más libre; lo otro, que, dichas por vna y otra persona, varía la lección y no ca[n]sa tanto como si él solo fuesse el que narrasse; lo otro, para el mouimiento de los affectos es importantíssimo, porque, si otro que, Vlyses contara sus errores y miserias, y otro que Eneas contara sus trabajos y desuenturas, no fuera la narración tan miserable, y, como el deleyte de la épica, ansí como el de la trágica, viene parte mayor de la compassión y misericordia, faltara mucho al deleyte de la tal acció[n]; y es muy bien hecho que, no comience el poeta heroyco del principio de la acción, sino que le dexe para que por otra persona agena dél sea narrado; mas que este principio se deua tomar del medio necessariamente, no me atreueré a lo juzgar, o por mejor dezir, a lo afirmar, especialmente teniendo en contra la experiencia de Homero y de Virgilio, los quales, en la verdad, no començaron dél, como lo verá quien lo quisiere ver y tuuiere ojos.

Assí dixo Fadrique. Y, visto que estaua en pie y desgorrado, Vgo dixo al Pinciano, desgorrado también: El señor Fadrique estará cansado; demos lugar.

Y el Pinciano, puesto bonete: Pues yo no lo estoy, y cúbranse.

Fadriq[ue] rió, diziendo: El Pinciano nos haze oy grandes de su casa: hágase ansí como ma[n]da.

Y el Pinciano dixo: No ay persona más atreuida q[ue] el médico y el desseoso de saber, porq[ue], ansí como el médico es osado en mandar al enfermo a causa del bien que le resulta, ansí el ignorante osadamente puede mandar a otros que le saquen de la ignorancia por el bien q[ue] a ellos recrece, q[ue] es la obra de misericordia. Tal yo agora, como ignora[n]te de lo q[ue] saber deseo, les orde[pág.487]no q[ue] se cubran, y les hago merced de q[ue] se assiente[n].

Fadr[ique] tornó a reyr, y, diziendo q[ue] era el Pin[ciano] galante, le dixo que mandasse lo que quisiese.

Pin[ciano]: No mas de que desseo mucho saber algo de la compostura de la heroyca.

Vgo: Lo general y importa[n]te fué dicho en la composición de la fábula.

Fadrique: Ansí es la verdad, pero yo quiero añadir vn poco de lo particular, y prosiguió ansí: Dotrina es del Philósopho que el que quisiere fabricar esta máchina que dizen fábula, ante todas cosas, deue fingir y pintar en su entendimiento vna forma y semejança de aquello que pretende, dándole los miembros principales; ansí se dize que la naturaleza finge al animal, al qual fué ya comparado el poema.

Pinciano: No entiendo bien esta cosa.

Fadrique: Desta manera digo: que el que emprendiere hazer fábula qualquiera, deue primero formar en su entendimiento el argumento della, porque, no lo haziendo ansí, yrá desatado en su processo y hará lo que dize Horacio en su Epístola ad Pisones, vn grande monstro, que, para le venir a formar, gastará mucho tiempo en quitar y poner lo que será necessario para la perfección dél; si la acción no fuere del todo fabulosa, mezclará a la historia la fábula, de manera que quede hecho vn solo animal, aduirtiendo que la historia sea muy breue por las razones dichas antes quando se tocó lo general de la fábula. Hecho el dicho argumento, le yrá variando en episodios, a los quales dará materia el hado o el cielo, como que ayudan y fauorecen al príncipe que ha de ser subjeto de la épica, y a alguna fuerça, la qual le sea contraria en todas sus acciones, porque ansí la fábula, con esta [pág. 488] repugnancia y contradicción, se yrá extendiendo y leuantando, la qual caería en faltando, ansí como se caen los pleytos en los pueblos adonde no ay más que vn abogado; teniendo en la épica siempre atención a la grandeza, y, para ésta, al concepto, palabra y metro grande. Y con esto me parece remitiros a Ciceró[n], en libro 5 de sus Epístolas, número doze, a do pide a Luceyo escriua de por sí vn volumen de las cosas que en su consulado hizo. La epístola es larga y no me acuerdo bien della, mas tengo memoria que, si huuiera de hazer yo alguna épica, siguiera gran parte de lo q[ue] él allí ordena.
Cicerón; de forma de épica.Vgo: Paréceme auer leydo essa epístola, y que ay no pide Cicerón poema a poeta, sino historia a historiador.

Fadrique: Tornadla a leer, y veréys que vos no contradezís a la verdad de la epístola, ni yo a la de vuestra plática.

Pinciano: Siempre nos remitís a otras salas, y esta vez no vengo en el consentimiento dello y os ruego me digáys lo que la epístola contiene.

Fadrique respondió assí: Auía Cicerón pedido al dicho Luceyo, histórico, que hiziesse vn libro aparte, el qual refiriesse la conjuración de Catilina, por el solo Cicerón hal·lada y deshecha. Vn poco más abaxo dice: «Si el volumen que desto escriuieres, o Luceyo, tratare de vn solo argumento o acción y de vna sola persona, considero quánto más abundante y más ornada será la escritura». Y otro poco más abaxo: «Ansí que yo te ruego quán encarecidamente puedo, me alabes y magnifiques quanto puedas, y más de lo que tú piensas que merezco, aunque traspasses y violes las leyes de la historia». Y pocos versos después: «Será sin duda la materia digna y de tu facundia». Y luego: «Parece [pág. 489] auer auido poco espacio desde el principio de la conjuración hasta nuestra tornada, y, por el consiguiente, que será breue el cuerpo de la obra, mas, en el intermedio, puedes tú poner las cosas que de las mudanças ciuiles passaro[n], si más gustares, las causas y motiuos de las nouedades, o, si no, en las preuenciones a los daños que amenazauan, alaba[n]do lo bueno y vituperando lo malo». Y poco después: «Mucha variedad te darán los acaescimie[n]tos nuestros, y, con ella, mucho deleyte, el qual entretiene mucho a los ánimos de los lectores, a quienes ninguna cosa ay más agradable que la variedad de los tiempos y mudança de las cosas; todo lo qual, aunque el experimentallo me fué molesto, el leello me será deleytoso, que la segura memoria del mal passado es agradable mucho al que le passó y sufrió, y a los lectores, deleytoso, los quales, mientras leen los casos agenos, libres de ellos, reciben gusto no pequeño en la compassión. ¿A quién no deleyta aquel Epaminondas con la conmiseració[n] y lástima? El qual, passado de vna vira el cuerpo, preguntó si estaua sano su escudo y no consintió le sacassen la offensiua agena hasta que le fué respondido que su defensiua era sana, el qual, después, con el dolor murió contento. ¿Quién ay a quien no suspenda la huyda de Temístocles y la tornada?». Y poco más abaxo: «Admiración y consideración traen consigo los casos varios de algún príncipe en muchas cosas excele[n]te, agora alegría, agora molestia, agora temor, agora espera[n]ça; y, si la acción remata en algún acaescimiento notable, el ánimo inche de vn deleyte cu[m]plido». Veys aquí, señor Pinciano, cómo vna épica se deue formar [pág.490] empeçar, mediar y acabar en breues palabras.

Calló F[adrique] y el P[inciano] dixo: Por lo que yo entiendo de la persona a quien se pide el volumen y del volumen mismo, éssa es la idea de la historia, y no de la épica.

Y Vgo: La épica es imitación de la historia, y verdaderamente que el Cicerón parece auer demandado a Luceyo vna épica en prosa por muchas causas que verá el que lo dicho leyere con atención; y, pues F[adrique] era ya leuantado para nos despedir, razón será que nos alcemos para le saludar y dexar a solas.

Dicho, se alçaron y despidieron, y el P[inciano] se fué a casa para escriuir lo en ésta contenido. No sé otra cosa al presente de que os hazer parte, señor don Gabriel. Fecha diez días antes de las Calendas de agosto.

Respuesta de don Gabriel a la epístola onzena del Pinciano.

Bien auía yo barruntado, o, por mejor dezir, tenido temor, amigo P[inciano], a la indisposición de alguno de los co[m]pañeros o a la vuestra por la dilació[n] de vuestras letras; el qual temor se me conuirtió en goço doblado co[n] las q[ue] rescebí vltimas; y esto, principalmente, por la salud de los amigos y, accesoriamente, por la materia q[ue] en ellas se toca, q[ue] es la épica o heroyca, de cuya co[m]postura hallo diuersidad de opiniones, y mayor mucho en las obras, porque veo a vnos poetas épicos q[ue] la suben al cielo, otros q[ue] la abaten al infierno, mezclando en ella cosas baxas y aun viles; pero no quiero peruertir el orden vuestro, sino seguille por sus fragmentos, assí como viene escrito.

[Frag. 1.]

Digo, pues, acer[pág.491]ca del que toca a la definición, que me parece bie[n], porque, si la épica, según el Philósopho, no es más que vn montón de tragedias, es fuerça que ella siga a la tragedia en lo essencial de la definición y en el fin, que es, enseñando quitar el miedo y misericordia y las demás passiones por medio de misericordia y miedo. Confiesso q[ue] vn tiempo fuí de parecer que, no tanto la doctrina quanto el deleyte, era el fin de la heroyca, y a esto suadido por vna raçón de Aristótel[es], mas yo lo he buelto a considerar mejor y hal·lo que, aunque el Philósopho quiere el deleyte en la tal acción, no declara que éste sea el principal por vía alguna. Y assí me parece muy bien la difinición, la qual no es de Aristótel[es], palabra por palabra, mas es sacada de la fuente de su doctrina.

[Frag. 2.]

Contiene la segunda diuisión o fragmento la diferencia entre la épica y la trágica, y más, la vnidad de la acció[n] heroyca, y si lo deue tener en la persona; todo lo qual me parece bien; y he venido en consideración de vna cosa acerca desta vnidad de la persona que, si el poeta quiere magnificar a algún varón, recebido por tal comúnmente de todos, no ay para qué le dar coadjutor alguno, sino que él solo sea persona toda en la acción de la forma que escriuís; mas, si el poeta quiere engra[n]decer por sus respectos particulares a otro que no sea tan noble entre las gentes, deue buscar y arrimarse al que en aquel tiempo lo aya sido, para, en consequencia de el varón nobilíssimo, dezir de el suyo no tan ilustre; y en tal caso le será lícito al dicho poeta hazer a su varón coadjutor de el principal, y esto para sublimar [pág. 492] la casa de aquel a quien se halla obligado o quiere obligar de nueuo, como en nuestros tiempos lo hizo vn italiano; y no digo más, porq[ue] sabéys quién es. Paréceme bien lo que me escriuís (y antes que vos el Philósopho) de la Vlysea: que es acción mezclada de trágica y cómica; y me he holgado mucho en saber que sea opinión de vuestros amigos, porque algunos poetas de nuestros tiempos dizen que son monstruos estas mezclas, y, aunque les he dicho que Plauto llamó a su Amphitryón tragicomedia, no aprouecha. ¡Enhorabuena! Que yo, con vuestro parecer y el de Aristót[eles], siento que se pueden mezclar estas especies sin hazer monstruos, sino criaturas muy bellas; y pie[n]so que no sólo a la cómica se puede mezclar la épica, mas también a la satyrica, y más a la que con seueridad y sin mofa reprehende los vicios, especialme[n]te que la satyrica y épica sie[m]pre acerca de los antiguos goçaron de vn mismo metro; confiesso que es más perfección que guarde cada acción su propiedad rigurosa, como en la épica lo hizo la Ilíada de Homero y la Eneyda de Virgilio, mas no acuso a los épicos que, por deleytar, mezclan algunas cosas cómicas, y, por enseñar, algunas satyricas graues; las histriónicas y viles repruebo totalmente; lo vno, porque se abaxan muchos grados de la grandeza trágica, y lo otro, porque enseñan a pocos y deleytan a malos. Discurriendo también sobre este fragmento y sobre las especies de la trágica, q[ue] son pathética y morata, hallo que la trágica deue tener más de lo pathético, y la épica más de lo morato. Y esto ate[n]die[n]do al príncipe, sujeto principal de la acció[n]; en la trágica se busca vn príncipe que [pág. 493] ni sea bueno ni malo en sus costu[m]bres, cuya muerte que es más ordinaria haga más conmiseración, pero la épica, en quien por la mayor parte queda el príncipe viuo y virtuoso, y adonde no se pretende la conmiseración final dél, sea conuiene, como dize: F[adrique], vn varón consumado en todas cosas, assí naturales como aquisitas, y, en suma, vn héroe milagroso.

Aquí he aduertido de nuestra poesía q[ue], para la magestad heroyca, nos haze falta la generación de los semideos, la qual no consiente nuestra religión y, por consiguiente, no la admite la verisimilitud; que, como antes se dixo, el poeta deue guardar la religió[n] por la verisimilitud.

[Frag. 3.]

En el tercero fragmento me escriuís de la fundación épica que ha de ser sobre historia la perfecta, y no sea grande ni larga tampoco, porque, ocupando la historia mucho lugar, falta para la imitació[n] poética y, por el tanto, falta el primor y prestancia que ella tiene sobre la historia. Aquí me hizo reyr vn compañero q[ue] alabaua a vn metrificador porque no ser apartaua de la historia, y dezía: «éste es poeta que no esotros fulleros que no saben dezir verdades». Mas esto lo dexo para que algún día ryamos despacio, quando yo vea la Corte, que, a lo que pienso, será en breue.

[Fag. 4.]

Co[n]tiene el párrafo quarto la alegoría épica, la qual parte estimo yo en mucho por lo que antes dixe; y digo agora que soy muy amigo de la doctrina, la qual principalmente da el épico poeta en la alegoría, y tanto la estimo yo más porque veo poetas graues en lo demás y en todas estas partes tan faltos, que, aunque más se quieran esforçar a exprimir su poema, no sacan çumo alguno de alegoría. Estos poemas caminaron tras el solo deleyte y resciuie[pág. 494]on su merced, que, pues el deleyte solo fué su fin, déue[n]se contentar con le auer alcançado y dexar la alegoría para los q[ue] principalmente la buscaron a fin de adotrinar. El que tuuiere tan alto ingenio como Virgilio, emprenda lo vno y lo otro, que él sólo podrá hablar con admiración, verisimilitud y alegoría. Ya me entendéys por quien digo, que no lo hizo assí.

[Frag. 5.]

Las diferencias de la épica aprueuo, como también las partes quantitatiuas del·la, y especialmente alabo la parte del prólogo, porque me ha parescido doctrina que no he leydo y me quadra; sólo en la dedicación estoy vn poco confuso, porque verdaderamente los que viuimos en el siglo deuemos vsar de los instrume[n]tos honestos para pasalle honestamente, y la dedicación, especialme[n]te, en el lugar q[ue] significáys, no es deshonesto medio; y no digo más, pues me auéys entendido.

[Frag. 6.]

En el sexto y vltimo fragme[n]to me agrado q[ue] la épica perfecta deua goçar del metro por las razones dichas, especialme[n]te q[ue] todos los varones graues assí lo ha[n] acostu[m]brado; y a la Historia d[e] Ethiopía digo y co[n]fieso q[ue] Heliodoro, su autor, fué vn varón muy graue y gentil poeta en el ñudo y soltura, traça y deleyte de su ficción, y aun en mucha doctrina que tiene sembrada, mas, si se atiende a la perfección épica, no me parece q[ue] tiene la grandeza necessaria; no digo en el le[n]guaje, que por no ser metro está desculpado, sino en la cosa misma, porq[ue] las principales personas son menos en su acción, y las comunes son más.

Bueluo al propósito y digo q[ue] me rey mucho qua[n]do llegué a la parte del vocablo heroyco, mas no me hizo reyr qua[n]do al estilo, porq[ue] podría aua dificultad, la qual [pág.495] mana y nasce de la otra vltima q[ue] viene ventilada, q[ue] Arist[óteles] trató en sus Poéticos, ado[n]de pone en questió[n] quál sea más alta acció[n], la trágica o épica; y, si yo huuiera de dar mi parecer, le aplicara mucho a V[go] en este particular por lo q[ue] arguye y, especial, porq[ue] esta acció[n] épica sola, como el Phil[ósopho] enseña, fué hecha para lectores discretos. Mas, pues, vos, señor P[inciano], la resoluistes ta[n] donosamente, no quiero hablar en ello, sino agradarme de vuestra resolución assí como ffiziero[n] los co[m]pañeros, la qual aprueuo por deleytosa como lo demás del fragmento por vtil. Fecha, tres días antes de las Calendas de Agosto. Vale.

***


Proyecto de Edición Libro de notas

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Datos Bio-bibliográficos

Alonso López Pinciano

(Valladolid, 1547-1627)

Bibliografía escogida:

Philosophía antigua poética, Fundación José Antonio
de Castro, 1998

Enlaces:
Obras completas

Otras artes poéticas del autor:

Más información en la wikipedia: Alonso López Pinciano

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