s.XX - Otros del s.XX - Jesús Lizano: Introducción a <i>Lo unitario y lo diverso</i>, 1990


Lo unitario y lo diverso… ¡enfrentados! Porque lo unitario se realiza como diversidad, que a la vez le afirma y le niega, y la diversidad no puede tener esa realización como propia ni perpetuarse como tal, pese a su identificación esencial con lo unitario, porque eso significa su origen pero también su aniquilación, lo que deriva en un ser y no ser, un tener y no tener desasosegantes en continua fricción, constituyendo una sola realidad «dual» que no puede ser o sólo unitariedad o sólo diversidad, sino realidad disociada. Es el conflicto esencial del que lo humano es cumplido manifiesto. Qué ocurre en lo humano. Ocurre que sin «sociedad» el gran montaje unitario, revestido de innumerables más caras, que es preciso desmitificar para encontrar la realidad- no sería posible la diversidad humana, los seres humanos, la creación humana. Sin organización, sin cohesión, no sería posible la sociedad. y sin élites, sin poder todo gira alrededor del poder, y todos cuantos alcanzan ser poder se transforman en élite, no sería posible la organización, la cohesión, los hechos, mucho menos a medida que aumenta la complejidad humana, conduciéndonos, como es lógico, al fin de la especie (muchos son los que confunden especie- realidad con sociedad-montaje). Lo unitario, el poder humano, tiene identidad, leyes objetivas, contrarias a la diversidad, aunque, ala vez, la posibilitan: debe controlar, mentalizar, reprimir, mitificar, intrigar, disponer de lo diverso. En lo unitario tiene lo diverso su posibilidad pero ala vez su límite. Sin UN mundo no serían posibles múltiples mundos y sin ellos ese mundo, este mundo, no se vería realizado. Es imposible una armonía entre UN mundo, por una parte, y multitud de mundos por otra (cada ser es un mundo, cada relación origina un mundo…), máxime cuando se trata de una sola esencia. Es la esencia enfrentada, contradictoria, trágica. Lo que permanece y lo que se ve realizado de esa permanencia, materializado como una escultura o un poema, implican el conflicto (es fácil confundir la realidad con una sola de sus dos «dimensiones»). y en cada uno de nosotros mismos, seres humanos, existe una energía unitaria, fundamental, nuestra mente, que se manifiesta como unitariedad (el racionalismo y sus derivaciones: autoritarismo, pragmatismo, maniqueísmo, triunfalismo, fanatismo…), clave del poder humano, y como diversidad (la imaginación creadora, impulsora de toda grandeza). (Cómo no va estar enfrentada en sí misma nuestra mente y cómo evitar que nuestro vivir sea consecuencia lógica de ese conflicto.) y existe una diversidad sensorial el ansia de libertad de los sentidos y una diversidad sometida a lo unitario natural (a la química, a la física. ..) Somos dominantes y dominados, somos conflicto, manifestación del conflicto que se reproduce en cada cohesión, estamos, en tanto que seres, como diversidad frente a lo unitario cósmico, pero llevando en nosotros mismos la unitariedad cohesionante y dominante, fluctuando continuamente lo unitario y lo diverso, enfrentados y unidos apasionadamente ser es pasión. Es decir, síntesis y no síntesis, puesto que en la realidad una dinámica conduce hacia la síntesis y otra la aleja. Hay conflicto permanente precisamente por esa imposibilidad de síntesis. y como todo ser, salvo azar, adquiere plenitud un momento de síntesis, eso es lo que nos confunde exige perpetuación yeso no entra en los «planes» de lo unitario que conduce irremisiblemente a la: destrucción. (La naturaleza es un canto desesperado y bellísimo a la vez a la plenitud.) Una realidad que se concreta y destruye incesantemente es trágica (los seres mueren de verdad, se aniquila esa cohesión, los seres sufren de verdad) .Los seres, la diversidad, adquieren identidad, forma propia, una identidad diversa en pugna con la identidad unitaria. Hasta profundos pensadores de nuestro siglo que ya llevamos siglos como Krishnamurti, luego de una seria desmitificación de casi todo, caen en el espejismo (forzado por su unitariedad…) de una realidad perfecta (del hecho, no sé por qué, de ser realidad deducen que es perfecta…), a la que debemos aspirar, de un camino de perfección. Pero frente a este espejismo se manifiesta la realidad como camino de imperfección. No somos nosotros los imperfectos, sino la naturaleza misma, la misma realidad que necesita devorar sus propios frutos para perpetuarse (la diversidad cósmica no puede «acabar» con el poder cósmico ni el poder llegar a realizarse sin transformarse en diversidad… ¡SU contrario!: la libertad…) (Ni la diversidad humana, pues aún no acaba de cumplir su misión rebelde cuando ya debe comenzar su función unitaria…) (Véanse los ejemplos históricos.) La realidad es conflicto. y conflicto, por lo tanto, nosotros. Por un lado, la contemplación y la rebeldía, como signos profundos de nuestra diversidad, y, por otro, la lucha por el poder, por toda clase de poder, como signo indudable de nuestra unitariedad. Si esa realidad total no puede modificarse, auto modificarse, tampoco podemos modificar el conflicto esencial, del que derivan todos los conflictos existenciales y la euforia y la angustia, el crimen y el altruismo, imposible de analizar debida- mente fuera de su contexto cósmico -que nos protagoniza, que nos hace «seres humanos» (parece mentira que creamos aún en nuestro protagonismo), aunque cosa muy distinta es ser vividos predominantemente por lo unitario (todos los modos de autoritarismo) y otra ser vividos predominantemente por lo diverso (lo creativo, lo libertario). (La inevitabilidad del enfrentamiento entre unos y otros es bien patente…) (Entre el sentido unitario de propiedad y el diverso de libertad.)

Pues bien: si en toda obra poética verdadera ese conflicto se traduce en diversidad, cálida y compleja, en grandeza, de modo distinto pero con síntesis idéntica, en mi poesía adquiere indudable singularidad, puesto que en ella se unen la contemplación la rebeldía con lo que lo contemplativo y lo libertario sufren un cambio sustancial al coincidir. La batalla en mi vivir entre 1 unitario y lo diverso ha sido tan dramática que forzosamente debía plasmarse así en mi obra. Yo me he encontrado vivido por es: batalla y vivido por la realización de esta obra, vivido por lo creativo y por la destrucción, que, de alguna manera, han tratado de imponerse en este campo de mi vivir. Mi creación poética ha debido hacerse venciendo la destrucción que me asolaba. Así las cosas, a la hora de titular esta antología pensé que llamarla Lo unitario y lo diverso era situar los poemas en el mundo mismo que lo ha originado, en la relación base de su materialización. Claro que es toda mi obra lo que podrá dar cabal manifestación del conflicto en mi vivir y de todas las manifestaciones de mi sensibilidad todo mi sentir y reflexionar, pero he creído conveniente entregar primero una antología (que no puede componerse si no han existido libros anteriormente), puesto que esos libros, obligados a ediciones de autor, excepto el último (La palabra del hombre, Adonais 1989), son poco conocidos. Faltan aquí muchos poemas, alguno: se presentan fragmentados («Los sastres», por ejemplo) y faltan por supuesto, los textos de meditación recogidos en mis libros Misticismo libertario y Camino de imperfección ahora en proceso de reajuste definitivo, pero confío en que la lectura de estos poemas, reunidos sin orden alguno, será un buen adelanto de la obra completa.

La clave del misticismo libertario está en que cuando ese impulso intuitivo y especialmente sensible que me vive me sitúa frente a lo unitario, mi diversidad no encuentra lo que el misticismo tradicional dice encontrar, la perfección, en forma de ser o de energía, sino. ..el poder. Y, por lo tanto, en lugar de procurar identificarse con ello, hacer de mi vivir una aspiración a esa unitariedad, se rebela, mi diversidad se rebela, originando en mí la avivación del conflicto esencial. y veo, por supuesto, su derivación humana, la pugna entre lo dominante y lo dominado.

Mi obra es una explosión. Una explosión creativa que vence a la destrucción. ¡Sólo el arte traspasa la barrera del conflicto! Toda obra auténtica significa una pugna por lograr un mundo poético, síntesis, sin lograr el cual no puede hablarse de poesía verdadera. Y, tras los poemas, lo humano. Y, tras lo humano, lo cósmico. y cómo puede vivir el poeta el conflicto y los conflictos logrando de ello una entrega a los otros seres humanos de una obra que los sublima. Puede vivirlos así en la soledad. Es en la soledad donde se manifiesta la inocencia de lo diverso. El poeta lleva acabo su obra porque es vivido por la inocencia, en medio del conflicto, víctima del conflicto pero, a la vez, triunfador del conflicto. Don- de sólo hay conflicto no es posible el arte. y lo humano existencial sólo es conflicto. La realidad está patéticamente sola y es de esa entraña cósmica que el poeta extrae su soledad creativa. Ante la poesía verdadera uno se sabe hombre, naturaleza, se sabe cósmico, tragedia, plenitud, se sabe condenado, vivo, ser. Se sabe, ante todo, diversidad. Esa liberación de la diversidad es, para mí, lo humano. Precisamente, a lo largo de este siglo, ha quedado bien patente el enfrentamiento en lo humano de lo unitario y lo diverso. Lo unitario, por medio de esos intentos de unificar, polarizar, uniformar, de dominio total; y lo diverso, por la magnífica eclosión de movimientos creativos como el surrealismo, la narrativa y el teatro del absurdo el hallazgo filosófico más importante de este siglo, el existencialismo vital, el humor, el de los Hermanos Marx especialmente, el pasotismo (todavía no desarrollado ni estudiado debidamente) , una magnífica apertura de lo libertario, entendido como manifestación de la diversidad, superando cualquier atracción por lo unitario. El comienzo de la desmitificación de las viejas programaciones de lo humano, el fin de la era socrática, el detectar que detrás de toda forma de poder está el poder lo unitario, y que no cesará el Conflicto, el Enfrentamiento. Pero a su vez, su desmitificación, tras veinticinco siglos de racionalismo sacralizado. En ese sentido, la era socrática ha terminado y la Poesía, la búsqueda y hallazgo de la esencia, alcanza una nueva dimensión. Y lo diverso.

Lizano de Berceo
Barcelona, abril de 1990

En: Lizano de Berceo, Lo unitario y lo diverso, Lumen, Barcelona, 1990.

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Datos Bio-bibliográficos

Jesús Lizano

(Barcelona, 1931)

Bibliografía escogida:
Misticismo libertario (Aventura poética), Autor-editor, Barcelona,
1985.
Lo unitario y lo diverso, Lumen, Barcelona, 1990.

Enlaces:
El mundo poético de JL

Otras artes poéticas del autor:

Más información en la wikipedia: Jesús Lizano

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