s.XX - Poesía experimental - Guillermo Carnero: El poeta es como un lince de Siberia, 1974


I

El poeta es como el lince de Siberia, superviviente de una especie extinta. Cree en una modalidad de conocimiento que la sociedad ha dejado de requerir; Heidegger profetizó la desaparición de la, metafísica, y habría que anunciar a su vez la de la poesía, a pesar de Lévy-Strauss; la poesía es un producto para el que no existe demanda, un artículo de lujo para el que no funciona el Efecto Renta.

Desde que Napoleón inauguró la era del arte como propaganda política, los teóricos del Arte han oscilado entre asignarle una función teóricamente mesiánica (aunque el servilismo se disfrace de «encargo social» como quería Maiakovski) o la abdicación de toda función, ese dignísimo aislamiento que preconizó Mallarmé en L ‘Art pour tous (texto que siempre me ha hecho pensar en la fábula de la zorra y las uvas).

Pertenezco a una promoción de poetas entre los que no hay afinidad ni intercambio de ninguna clase. Una única característica común: el propósito de restaurar la primacía del lenguaje. Me considero un miembro más de una colectividad, inmerso con ella en un entorno y por lo tanto sometido a unas mismas presiones, unas mismas limitaciones, unas mismas represiones y una similar necesidad de respuesta ante problemas similares; creo que la característica diferencial del escritor es su mayor capacidad para tomar conciencia y también para expresarse. Expresando lo propiamente individual, intentando analizarlo, el poeta habrá cumplido sin proponérselo una función social, si los demás sienten esa expresión como respuesta a interrogantes suyos situados a nivel consciente o no. Milagro del individualismo, válido para la expresión poética, inválido en otros contextos: nadie lee hoy en día La riqueza de las naciones, ano ser los poetas4.

II

Según la tercera Tesis del Círculo de Praga, la finalidad del lenguaje poético no es comunicar. La comunicación presupone utilizar signos de significado unívoco mediante los cuales el escribiente codifica su mensaje, y el legente puede descodificarlo de modo que, por medio del signo, se opera una transvasación de significado desde la mente del escribiente a la del legente. El significado, completo y sin alteraciones, se ve en la comunicación transplantado de una mente a otra: en esa operación, el signo desempeña tan sólo una función vicaria o vehicular. La pretensión de comunicar propende evidentemente a congelar el significado del signo lingüístico de modo que no haya ambivalencia en su uso. Como dice Kandinsky del arte esclerotizado: «El signo externo se vuelve costumbre, cubriendo con un velo el sonido interior del símbolo»[5]. El lenguaje poético se distingue de otros sistemas semiológicos en que pretende poner de relieve el valor autónomo, y no instrumental, del signo. De este modo, el asignar a la poesía una función distinta ala de dignificar y emancipar al signo es irreconciliable con su propia naturaleza. La finalidad de la poesía, y su función en una sociedad que rebaja al nivel de instrumentos lo que heredó como ideas, es luchar por devolver dignidad y libertad al signo lingüístico.

III

La actitud poética se distingue de otras engendradoras de discurso por estar teñida de afectividad, por descansar más en la función emotiva del lenguaje que en la intelectual, por atender más a la connotación que a la denotación.

Afectividad implica subjetividad, puesto que es prácticamente imposible que en el siglo xx pueda el poema ser portavoz de una afectividad colectiva. Los peligros de la subjetividad son fundamentalmente dos: lo que denunciaron Hegel y Coleridge con los nombres de Einbildungskraft y Fancy, respectivamente. El peligro de la primera es el de la simple transcripción de imágenes o suscitaciones varias confinadas en la memoria, cuya única vinculación resulta de su contigüidad en la experiencia del ser humano que las transcribe: el único significado del tipo de mensaje que produce es poner de manifiesto una nostalgia: se trata entonces de un mensaje monosémico ―y por eso no poético― ya la vez de significado vacío: revela exclusivamente una actitud vital del escritor y entra por eso en conflicto con la principal piedra de toque a la hora de reconocer a la obra válida: existir completamente con independencia de su creador .

La Fancy o imaginación desordenada produce asimismo la aniquilación de la carga poética, por su excesiva polisemia, que impide al legente poder fijar su atención sobre una gama Tínita, aunque tan vasta como se quiera, de significados, posibles aisladamente y compatibles entre sí. Esta gama amplia pero finita es lo que se llama polisemia del mensaje poético, aunque se suela atender exclusivamente a la amplitud olvidando la otra característica, tan importante o más, la finitud. Todo poema se encuentra en un lugar del continuum que va de la monosemia a la polisemia ilimitada, con exclusión de esos dos extremos. Podemos dar una definición de poema: un MENSAJE POLISÉMICO FINITO.

La polisemia es susceptible de ser racionalmente controlada en el momento de, la escritura. La actitud poética no es un sacerdocio sino un artesanado, y el prestigio de que ha disfrutado el poeta durante mucho tiempo por suponérselo una especie de viajante de comercio centre este mundo y el otro» o cualquier otra trivialidad semejante será sustituido por la fascinación que producirá el funcionamiento matemático de las reglas de cuantificación y control de la polisemia.

IV

Ce qu’il nous faut, a nous, c’est, aux lueurs des lampes,
la science conquise et le sommeil dompté,
c’est le front dans les mains du vieux Faust des estampes,
c’est l’Obstinatin et c’est la Volonté[6].

[VERLAINE. “Epilogue”, de Saturniens].

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[4] El primer traductor al castellano de los poemas ossiánicos (en 1788) f lo es también de La Riqueza de las Naciones (en 1794). Ver: Narciso Alonso Cortés, Discurso de apertura del curso 1919-20 en el Ateneo de Valladolid.

[5] Punto y Línea frente al Plano. Ed. Nueva Visión, pág. 27.

[6] Lo que necesitamos es conquistar por el estudio / la ciencia, pasar en ello muchas noches en blanco; / reflexionar sin tregua como el Fausto de los grabados: / frutos de la Constancia y de la Voluntad.

En: José Batlló, Poetas españoles poscontemporáneos, El Bardo, Barcelona, 1974. De: Pedro Provencio, Poéticas españolas contemporáneas, Hiperión, Madrid, 1988.

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Proyecto de Edición Libro de notas

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Datos Bio-bibliográficos

Guillerno Carnero

(Valencia, España, 1947)

Bibliografía escogida:
Ensayo de una teoría de la visión, poesía 1966-1977, Hiperión, 1983.
Dibujo de la muerte: obra poética, Cátedra, 1998
Verano inglés, Tusquets, 1999.

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Biobibliografía

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Otras artes poéticas del autor:

Más información en la wikipedia: Guillermo Carnero

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